Fría, Divertida, Ágil, Cazadora
NotesThe Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
LeonardBeauregard · 31-35, M
Las caminatas para los bares estaban llenas de chicas, todas ellas vestidas de forma tal que hacían a los demás volverse; se pensaba que, entre más chicas lindas había en un lugar, mejor era el ambiente... Cosa no tan alejada de la realidad.
Esta vez estamos en la actualidad, el Heredero era asiduo de la diversión nocturna para cerrar negocios, el Dragón, por otro lado, se aburría; sus contactos aún no llegaban y el asistente del rubio estaba arriba, ¿para qué quedarse junto a ese insípido sujeto cuando podía conocer chicas lindas?
No hacía demasiado, bajó las escaleras con el vaso de escoses en la mano y empezó a pasar entre la gente que atiborraba el club esa noche; una bodega convertida en antro, menos de 100 metros cuadrados para toda esa gente, el calor sofocaba, las luces parpadeaban y las chicas en las enormes copas de martini bailaban sin cesar; era, un buen Sábado por la noche. Aún no había tenido tiempo de mandarle ninguna carta a su hermana, no había encontrado tiempo en ello pero, le extrañaba a todas luces. Eso le hizo sonreir de lado, pensar en su pequeña hermana de 15 años a la mitad de un club, que irónico... Como fuera, terminó en la barra, al costado de alguien.
- Otro escoces, por favor... - Movió el vaso y lo colocó en la mesa de cristal, observando al cantinero servir y se volvió a la chica que yacía a su lado, con una nueva y agradable sonrisa, gritando casi para que le escuchara. - ¿Tu que bebes, hermosa?
Esta vez estamos en la actualidad, el Heredero era asiduo de la diversión nocturna para cerrar negocios, el Dragón, por otro lado, se aburría; sus contactos aún no llegaban y el asistente del rubio estaba arriba, ¿para qué quedarse junto a ese insípido sujeto cuando podía conocer chicas lindas?
No hacía demasiado, bajó las escaleras con el vaso de escoses en la mano y empezó a pasar entre la gente que atiborraba el club esa noche; una bodega convertida en antro, menos de 100 metros cuadrados para toda esa gente, el calor sofocaba, las luces parpadeaban y las chicas en las enormes copas de martini bailaban sin cesar; era, un buen Sábado por la noche. Aún no había tenido tiempo de mandarle ninguna carta a su hermana, no había encontrado tiempo en ello pero, le extrañaba a todas luces. Eso le hizo sonreir de lado, pensar en su pequeña hermana de 15 años a la mitad de un club, que irónico... Como fuera, terminó en la barra, al costado de alguien.
- Otro escoces, por favor... - Movió el vaso y lo colocó en la mesa de cristal, observando al cantinero servir y se volvió a la chica que yacía a su lado, con una nueva y agradable sonrisa, gritando casi para que le escuchara. - ¿Tu que bebes, hermosa?