. . .¡Y eso era justo lo que quería ver! — Estaba preocupada por jamás volverle a ver sonreír pero la pequeña palmada siguió de una sonrisita, una sonrisita tan esperada por ella. Sin dudarlo se abalanzó contra su tío, abrazándole por el cuello para luego frotar su mejilla con la de él y finalizar aquella muestra cariñosa de afecto con un beso en la mejilla— ¡Haha! Tu sonrisa es linda, te hace ver más atractivo, no te olvides de que la tienes~

Lo que es normal para ti, es algo extraño para mi. -Sin más dejó una pequeña palmada en la cabeza de la menor y sonrió de lado, mostrando su gratitud.-

Bueno... Entonces, te digo que es algo normal tío.~ haré que te acostumbres~

No lo sé, nunca nadie intentó parecerse a mi. He vivido casi toda mi vida en soledad, aún no acostumbro el socializar con los demás.

Uhm, me gusta tu estilo, solo quería parecerme un poco a ti. ¿No es normal querer tener algo en común con una persona que aprecias y estimas?

¿Para qué quieres verte acorde a mi? Tienes tu propio estilo y eso es lo que me gusta de ti.

Pero, pero... Así me veo más acorde a tu figura, y no me siento un pastel brillante cuando me siento a tu lado... —Se cubre con el suéter—

El rosa es tu color, el negro es mio.

¿No? Me gusta como me queda el negro...

El negro no te queda.