Observo con curiosidad el rostro de Noiz hasta que sintió el manotaso que le propinó a su diestra - Ouch! - De inmediato alejo su mano y se apresuró a confortar la zona afectada - Eeeh eso dolió! Noiz-saaan! No seas tan malo conmigo >~< - Se lamentó simulando un llanto.

—Lo sé. Y pensar que Aoba tiene la suerte de probarlos tan seguido—comentó frunciendo ligeramente el entrecejo—. Tal vez podría llevarle pizza a Tae la próxima vez—. Quizá no era la mejor idea, ya que la pizza se podía pedir incluso a domicilio, pero no se le ocurría otra manera de retribuírselo.

Observó de soslayo a Clear. No parecía haber probado bocado todavía. ¿O acaso era mucho más rápido que él?

—Oe, Clear, ¿qué acaso tú no vas a com-...?—Sintió aquellos picoteos y su primera reacción fue manotearle la mano—. No... n-no... me piques de esa manera.

-¿Verdad que no? A sido una extraordinaria idea, Tae-san fue muy amable por este obsequio. - Afirmó con una animada sonrisa antes de ver como Noiz degustaba los panecillos.

- Neeh, pero sí parece ser que a Noiz-san le ha gustado mucho las donas. -Comentó con una sonrisa ladina mientras picoteaba con el índice la mejilla ajena.

—Al parecer no ha sido tan mala idea venir a tomar un poco de aire—comentaba mientras metía una de sus manos a la canasta llena de donas fritas que les había obsequiado Tae, la abuela de Aoba. Llevó el panecillo hasta su boca y dio un gran mordisco—. Quigzá Degberíag pagdarmeg mágs seguigdo pog lag cagsa deg logs Segragakig—dijo con la boca llena. Y no era una mala idea. Podría incluirlos en su lista de alimentos preferidos.