—Vaya... ¿Funciona?

Levantó una ceja, mirando el dije con sorpresa y cierta incredulidad. Aunque bastante lindo era, y siendo un regalo de Claire, optó por asentir, indicándole que ahí se quedaría.

—Bien, entonces seguiré usándolo... ¿Por qué te ríes de manera tan macabra? [?]

¡Acertaste! -Era completamente mentira, tenía como 100 años, pero era longeva, por lo que no se le notaban los años, empezó a festejar moviendo las manitas.- ¡Eres muy sabio, esa cosa si funciona! Nyaha, yo que tu no me la quitaba nunca. -Llevó una de sus manos a su propia boca, tratando de no reír.- (?)

—Esa también es muy fácil, tienes... Uhh...

Miró de reojo a la dichosa piedra, casi como suplicándole que le diera esa supuesta sabiduría que le habían prometido. Rascó su sien, mirando a otro lado.

—Uhh... Vein... ¿tidos?

-Estaba comprimiendo los labios para no soltar una carcajada y echarse a reír y delatarse así en su maldad, la piedra no era para la sabiduría, era para otra cosa, pero quizá con el poder de la sugestión lo haría caer.- ¿C-Cuantos años tengo? -Ahora una de sus orejas se alzó y la punta de la cola se movía tambaleando de un lado a otro-

—¿Eh? Pero eso es muy fácil...

Ahora hizo cara de indignación, ¿acaso ella pensaba que necesitaba de una piedra mágica para poder contestar eso? [?]

—Algo más difícil, vamos, vamos.

Aunque aún sí no le respondió. [?]

-Se enterneció de que recibiera con tanta resignación tanto coletazo que hasta se dibujó una curiosa sonrisa en sus labios, y un aún más sospechoso rubor- ¿Qué preguntaré?... -Se quedó pensativa, haría una pregunta sencilla pues no quería evidenciar que posiblemente aquel objeto no podría funcionar.- ¿Cuánto es 2x2? -Como si fuera algo super difícil se quedó mirándolo fijamente, esperando su respuesta, hasta agachó las orejas.- (?)

Recibió estóicamente el embate de coletazos, igual bien merecido se lo tenía. [??]

—Oh, vaya. Es muy linda, muchas gracias —contempló por un momento el dije una vez lo sacó de la caja, sosteniéndolo por la cadena. Tras ponérselo, infló el pecho y observó a la Felina. —Hm hm hm... Creo que funciona, pregúntame algo. [?]

Bueno, te puedo maltratar. Nyahahaha. -Comienza a darle coscorrones en la cabeza con su cola de forma repetida, incluso hasta darle bofetones, parece que se desquitaba de acontecimientos pasados.- (???) Se trata de un collarcito que le traje de mi viaje largo, al lugar al que fui me dijeron que esa piedra azulada era fuente de la sabiduría, y como eres profesor... pensé que te serviría.

—Yo quería maltrato [?] —tomó la cajita, observando ésta con curiosidad. —Oh, gracias. ¿Qué es?

Entonces no hay regalo, sólo coscorrones. -Frunce una de sus cejas.- Aunque no puedo tratarlo mal. Odio ser una gatita cariñosa. (?) -Le entrega el regalo de todas maneras.-