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||Aʟғᴀ ||﹢₁₈ ||Rᴏʟ ᴄᴏɴ ᴛʀᴀᴍᴀ||
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JakePierce · M
—¿Viñedos? —No recordaba haber visto nada de viñedos en el camino, pero si un extenso terreno cercado antes de llegar a la casa donde ahora se hospedaba.

—Igual sería bueno que me dijeras de qué va mi trabajo, por que no quiero estar preguntando acá y allá, lo mejor es empezar con una noción, aunque sea mínima. — Esta vez hablaba más concentrado, bastante comprometido con lo que quería hacer. Ese tono indiferente y enojado que empleaba normalmente, se había suavizado y ni siquiera se había dado cuenta.

—Hope!! —gritó luego Jake al dar unos pasos por el pasillo, deteniéndose frente a la puerta de la enfermera —vamos a cenar! anda! muero de hambre! —Sin duda había ganado confianza
 
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JakePierce · M
Jake se mantuvo recostado en las almohadas, haciendo el único esfuerzo de seguirle con la mirada hasta que Tanner se sentó en su cama. Sin duda lucía cansado, pero a pesar de las ropas desaliñadas y el cabello desordenado, no perdía ese toque elegante que le caracterizaba.

Un joven nacido en cuna de oro. Alguien que nunca tuvo que batallar por una sola oportunidad.

Sintió una punzada de celos ante la idea, pero se vio obligado a reprimirla de inmediato, pues de ser otro de esos magnates que solo ven a las personas como recursos o mano de obra, le habría dejado morir a su suerte en el callejón.

Soltó un suave suspiro, aun adormilado por las medicinas y solo ladeó la cabeza para encarar al mayor mientras le hablaba.

—Estoy bien, creo que puedo bajar… —respondió Jake con una sonrisa de medio lado. Quizás la primera que le dedicara de lleno a Tanner.

Se recorrió lentamente en la cama para poder sentarse y con la mirada, buscó el bastón para poder apoyarse y caminar. Quería hacerlo solo. Quería que Tanner viera que no era un cómodo. Realmente quería demostrar su valía delante de él y no ser un simple “delincuente” para él toda su vida.
JakePierce · M
-Durmió plácidamente. Hacía mucho que no disfrutara tanto de una buena comida y menos de una cama tan cómoda. A pesar de sus lesiones, no despertó en un buen rato, mucho menos cuando la enfermera guardó silencio en su lectura para luego salir de la habitación.

Fue un aroma diferente, un lmor bastante agradable: piel y especias.

Uns colonia masculina que sin duda le pareció bastante familiar. Lentamente abrió los ojos y sin moverse de la cama, buscó con la mirada al dueño de ese aroma tan peculiar.

Sonrió internamente. Le parecía un tanto increíble que una persona como Tanner, se tomara tantas molestias con alguien como Jake.-
muchas gracias por aceptar mi solicitud espero nos llevemos muy bien
JakePierce · M
-Se encaminó hacia la cama, mientras que con una expresión boba, admiraba toda la habitación. Incluso la enfermera, soltó un leve silbido de admiración al ver la decoración y el buen gusto de dicha recámara cuando finalmente dejó la maleta a un lado del lecho.

—¡Oye! No es que no te aprecie, pero más te vale recuperarte lento ¡Esto es el paraíso! —exclamó la mujer, ignorando a Jake que soltó un jadeo al recostarse por su cuenta en la cama. La enfermera le caía bien, era capaz de dislocarse el hombro con tal de que ella se quedara otro tiempo más.

—Debí haber pedido una hamburguesa de pollo—musitó Jake al caer en cuenta que había pedido un mísero Sandwich, pero ya era tarde y no quería parecer encajoso. Así pasaron los minutos. Tras haber comido su sándwich y un jugo luego que una joven mucama -que le pareció demasiado graciosa y simpática- se los dejara sobre la cama, se quedó completamente dormido, a la voz de la lectura de la enfermera que no perdió oportunidad de leerle un pasaje de su novela favorita de Austen.
JakePierce · M
-El joven pelirrojo se sintió bastante extraño. En toda su vida jamás le habían tratado con tanta educación, menos con tanta pomposidad. Ayudado del bastón y de la enfermera, subió escalón por escalón hasta la entrada de la casa y siguió al hombre mayor al interior.

—Vaya! —exclamó el menor al ver la elegancia y el buen gusto de la residencia donde viviría. Se había olvidado por completo del trato que había hecho con Tanner, por eso no tuvo cuidado en disimular que le admiraba tanta clase y elegancia.

—¿Qué desea comer, el señor? —Le preguntó el mayordomo a lo que Jake respondió con un simple "Sandwich" y siguió su camino. La enfermera rió por lo bajo, entendiendo que Jake sin duda, tardaría en encajar en su nueva vida-
JakePierce · M
¿Quién diría que la vida de Jake daría tal giro tan radical? No se hubiera esperado que incluso un chofer tuviera ya a la puerta y dispuesto a llevarlo a donde viviría en adelante. Caminando despacio y con dificultad, sonrió al chofer que tras una breve cabezada, le ayudó a subir al lujoso automóvil, seguido luego de la enfermera que le procuró durante el camino a casa de Tanner.

El camino fue tranquilo, el paisaje, antes deprimente y gris, cada vez se alejaba, para dar paso a prados más verdes, campos abiertos y casas de lujo.

El camino no duró más de 40 minutos, apenas cruzaron un enorme portón y un extenso jardín, el chofer aparcó frente a una lujosa construcción y le ayudó a bajar del automóvil.

—ya llegamos, joven—Jake sonrió y con camaradería, le extendió la mano para estrecharla al chofer— Soy Jake! Viejo! Y trabajaremos juntos! —
JakePierce · M
-La mejoría de Jake fue notoria, al grado incluso de caminar por su cuenta apenas dos días después de la golpiza que recibiera de su atacantes. El doctor, satisfecho por la mejoría del muchacho, decidió darlo de alta. La cuenta del hospital estaba cubierta y Jake, a pesar de la invitación del mayor, no tenía la menor idea de dónde ir o cómo, cuando saliera del hospital

La enfermera que Tanner hubiera contratado para cuidar de Jake, empacó sus pocas pertenencias en una maletita de mano tras haber ayudado al muchacho a vestir con ropa deportiva y cómoda. El cabestrillo en su brazo derecho y el bastón en la izquierda, fue lo único que mantenía ocupado al chico para poder caminar hacia la salida del hospital.
JakePierce · M
-Se quedó recostado sobre la almohada contra el respaldo. Dormir semisentado le ayudaba más que estar acostado completamente, al menos, así no sentía que le costaba un mundo respirar. Mantuvo los ojos cerrados, solo escuchando las palabras del mayor mientras le hablaba de recuperarse, pero lo que lo sorprendió, fue la noticia de que se quedaría.

Sintió una extraña sensación de gusto saber que se quedaría. Quizás por el agradecimiento por todo lo que había hecho por él, a pesar de las penosas circunstancias en las que se conocieron.

—No dormirás cómodo —auguró Jake. Era un sillón acolchado, perfectamente apto para dormir, pero sabía que Tanner era una persona de recursos ilimitadas y costumbres menos austeras. Le recordó al cuento que su madre, cuando pequeño, le contó una vez: la princesa y el guisante.

Sonrió de lado por la comparación e independientemente de lo que Tanner le respondiera, se quedó completamente dormido por el cansancio. -
JakePierce · M
—Ey! le prometo que no lo decepcionaré! —respondió Jake de inmediato, emocionado por la oportunidad de cambio de vida. Intentó extender el brazo derecho para estrechar la mano del mayor, pero el dolor lo hizo detenerse y emitir un fuerte gemido de dolor. Se volvió a recostar mientras con una expresión de agonía en el rostro, se corvaba un poco para aminorar la molestia.

—Yo prometo que le pagaré con trabajo todo esto. No tenía por qué hacerlo, pero me ayudó.— Entonces recostó la cabeza en la almohada y cerró los ojos para intentar relajarse y recuperarse de haberse lastimado las costillas por su ímpetu. Soltó un entrecortado suspiro y cerró los ojos, presa del cansancio.

—Me recuperaré pronto. Mientras más rápido comience a trabajar, mejor. No quiero ser un mantenido... —