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MsR1531440 · F
El heraldo nocturno golpeaba cada rincón de la ciudad con la caricia del viento helado a causa de la temporada. Todo yacía en eterna tranquilidad perfectamente palpable, la madrugada suele ser cómplice del silencio, pero también de los hechos más peculiares & únicos en su haber...
Muchos de ellos se suscitan entre los límites de la ciudad, ahí dónde comienza a difuminarse la existencia de casas & edificios para poco a poco internarse en la densidad del bosque abandonado de la "Gracia de Dios", pues al menos por las noches, es bien sabido que entrar ahí, es firmar la propia muerte.
Como si fuese un mito mismo, la gente ha preferido resguardarse en la seguridad de la Ciudad.
"El bosque toma vida propia por las noches"
"Si entras en el después de las 10... Nunca saldrás de ahí"
"Hay un ser que asesina personas en el bosque"
"¡Una mansión embrujada se alza en los confines del bosque!"
Los rumores revolotean como mariposas al vuelto, ¿& realmente, qué hay de cierto en todo esto?... Desdichado aquel valiente que se atreva a comprobarlo por cuenta propia.
Al menos la existencia de aquella Mansión es real, yace en un punto medio del bosque donde no muy lejos se extiende un pequeño arrollo habitado de especies animales <Tal vez los únicos que no temen>, la vegetación es basta & hermosa en su haber, tanto como aquel ser que habita ahí...
De rasgos finos, tan delicados como inspirados en la misma perfección, la lozana & pálida piel de la albina es un sortilegio para quien le mire, al igual que sus orbes de rojizo fulgor enmarcados por el rizado de sus oscuras & pestañas, de labios rosáceos & joviales, no aparenta más de los 20 años, a pesar de haber vivido ya más que cualquier ser mortal en ese plano; aquellos que le han visto han caído embelesados con su mera presencia e imagen, suponiendo encontrar en ella una esperanza de vida, mas su ingenuidad sólo les ha llevado a la muerte, muerte que para ella significa vida & jovialidad perpetua.
Aguarda ahora al pie de arrollo, admirando su imagen deslumbrada por los rayos del astro lunar sobre el cristalino espejo de agua, no tiene prisa... Sabe que siempre habrá algún aventurero que decida entrar al bosque, siempre.
Muchos de ellos se suscitan entre los límites de la ciudad, ahí dónde comienza a difuminarse la existencia de casas & edificios para poco a poco internarse en la densidad del bosque abandonado de la "Gracia de Dios", pues al menos por las noches, es bien sabido que entrar ahí, es firmar la propia muerte.
Como si fuese un mito mismo, la gente ha preferido resguardarse en la seguridad de la Ciudad.
"El bosque toma vida propia por las noches"
"Si entras en el después de las 10... Nunca saldrás de ahí"
"Hay un ser que asesina personas en el bosque"
"¡Una mansión embrujada se alza en los confines del bosque!"
Los rumores revolotean como mariposas al vuelto, ¿& realmente, qué hay de cierto en todo esto?... Desdichado aquel valiente que se atreva a comprobarlo por cuenta propia.
Al menos la existencia de aquella Mansión es real, yace en un punto medio del bosque donde no muy lejos se extiende un pequeño arrollo habitado de especies animales <Tal vez los únicos que no temen>, la vegetación es basta & hermosa en su haber, tanto como aquel ser que habita ahí...
De rasgos finos, tan delicados como inspirados en la misma perfección, la lozana & pálida piel de la albina es un sortilegio para quien le mire, al igual que sus orbes de rojizo fulgor enmarcados por el rizado de sus oscuras & pestañas, de labios rosáceos & joviales, no aparenta más de los 20 años, a pesar de haber vivido ya más que cualquier ser mortal en ese plano; aquellos que le han visto han caído embelesados con su mera presencia e imagen, suponiendo encontrar en ella una esperanza de vida, mas su ingenuidad sólo les ha llevado a la muerte, muerte que para ella significa vida & jovialidad perpetua.
Aguarda ahora al pie de arrollo, admirando su imagen deslumbrada por los rayos del astro lunar sobre el cristalino espejo de agua, no tiene prisa... Sabe que siempre habrá algún aventurero que decida entrar al bosque, siempre.