— Claro, es una lástima, igual a veces tengo que irme fuera de el país a tierras extrañas.

Comprende la situación ya que es una viajera que va por el mundo en busca de adversarios y acabar con la organización que le ha destrozado la existencia entre otro males de antaño.
Limpiándose la boca va con su acompañante a su sitio de entrenamiento donde solo la naturaleza es la que manda.

— No te contengas, me encantan los combates y sobre todo saber que tan fuerte puedo ser.

— ¡Claro, sería un placer para mí! ¡Seguro sería muy divertido luchar contra ti!... Aunque no puedo hacer algo cómo visitarte seguido, de hecho, quizá nunca volvamos a vernos luego de ésta noche. —

Su equipo solamente asistía a aquella localidad para poder combatir en el próximo torneo, después de eso, solo el destino sabía que les depararía en su próximo viaje y por consecuencia, se distanciaría de aquella mujer. Se levantó de su lugar, no sin antes limpiar la comisura de sus labios de los restos de su cena.

— ¡En ese caso, vamos, vamos, no hay tiempo que perder! ¡Llévame al lugar que mencionaste! —

— Si gustas podemos entrenar en el bosque, allá vivo y donde a veces me visitan y ha quedado ese lugar en el olvido.

Mostrando un poco de nostalgia ya que comprende lo que siente ya que sus compañeros con los cuales luchaba está, cada uno por su cuenta a lo que comprende lo que siente.

— Cuando quieras puedes visitarme, por mi no hay problema y si gustas rara vez hay torneos donde luchar contra peleadores de todo el mundo.

Poco a poco le va ganando cariño a Chris, pues es agradable dicho chico con el cual luchar.

Dio un pequeño sorbo al refresco frente a él, mientras escuchaba con atención las palabras que venían de su ahora compañera. Dejó el vaso en la cómoda mesa de madera en la que estaban teniendo su comida, estirando sus brazos hacia arriba con un pequeño suspiro de satisfacción.

— Eso fue tan delicioso... Creo que no comeré por el próximo siglo, ¡nyahahaha~! — Tras estirarse y llevar sus manos a ambos lados de la mesa, prosiguió.

— Por ahora estoy solo, salvo cuando hay eventos importantes o conciertos, mi equipo y yo no solemos estar juntos... Pero estoy bien así, de otra forma quizá sería algo extraño para nosotros convivir juntos... — Se lamentó un poco, lo cierto es que quería mucho a sus compañeros de equipo y llegaba a molestarle no poder intimar más con ellos.

Al ver que no le agrada platicar acerca de cosas acerca de su vida, por lo que se enfoca en comer y ver que le ha gustado la comida que han preparado se muestra feliz y que sin duda al ver que no le gustan esos temas le dice.


— Que bueno tienes ese pensar, por cierto no vivo en la ciudad, prefiero los bosques.


Haciendo notar que le gusta la naturaleza y la compañía de esta, a lo que tras terminar de comer pide una soda para ambos.

— Tienes donde pasar las noches y entrenar.

— ¿Yo?... Hmmmn, realmente nunca me he preocupado mucho por ello. Sin importar el momento siempre cuento con los fondos suficientes para arreglarmelas por mi cuenta. ¡Es algo que Shermie y Yashiro siempre dicen!... Que debo madurar y esas cosas... —

Negó con su cabeza un poco, no le gustaba hablar de eso: consideraba que esos consejos de la maduración y comportarse cómo adulto eran aburridos. Por su parte había pedido Momos: pequeñas empanadillas de carne y chile picante en su interior.

Relamió levemente sus labios antes de empezar a comer. — ¡Mgmn... ¡Deliguioso! — murmuró con su boca llena de aquella sabrosa comida.

—Claro que no, 5 minutos a lo mucho.

Tras llegar le pide comida a el despachador, el cual ya la conoce y le ofrece lo de siempre a ella, un tazón de ramen con verduras y carne de res y a su acompañante lo que le ha pedido y mientras lo observa le pregunta.

—A veces hacen torneos y allí gano dinero y con eso sigo viviendo y tu.

— ¡Oh, oh! ¡mi comida favorita!... Hmmm... Realmente no tengo un platillo favorito, pero me gusta mucho la comida Butanesa... ¡Son tan deliciosas, además de que vienen bien luego de un día de entrenamiento! —

Caminaba al lado de su compañera, dejándose guiar mientras llevaba sus manos detrás de su cabeza, sujetando su nuca mientras dirigía la mirada hacia la contraria. De vez en cuando observaba el camino para esquivar a los transeúntes que se aproximaban.

— ¿¡Estamos muy lejos!? —

— Es verdad, no tengo por que mentirte.

Tras escuchar que no ha cenado, le invita a comer algo en un puesto de la esquina donde la comida es grandiosa y los deja satisfechos, a lo que le invita a que vayan los dos juntos.

—Dime que te gusta comer, que cosa te disgusta para no hacerlo siempre trato de saber que opinan los demás.

Demostrando que pese a ser joven es demasiado tranquila y no juzga a nadie, al contrario trata de enseñar lo que sabe.

— ¡Ba-basta, no digas esas cosas! —

Cruzó sus brazos y cerró sus ojos, intentando demostrar cierta molestia en su rostro que se veía arruinada por el sonrojo que aún permanecía. No sabía qué pensar, después de todo aún era un niño y odiaba que le hicieran pasar situaciones vergonzosas cómo esa.

— ¡Ahora que lo mencionas sí, estoy hambriento! No he estado con Yashiro y Shermie en un largo tiempo... me pregunto si ya habrán cenado sin mi... —