Visitaban muy seguido ese local solo porque uno de ellos disfruta el miedo que a veces le provocan a la curiosa mujer. ¿Y porqué tenía una cola?. Ni siquiera había una respuesta. ⸻ ¡Por fin!. ⸻ Uno peleó el plato del otro pero si eran lo mismo, a veces eran infantiles. Tomaron los palillos y como hologramas al mismo tiempo hunden la madera, recogen la pasta y se llevan el bocado a sus labios con el sonido de succión de por medio. ⸻ ¡Esto es delicioso, Deimos!. ⸻ Exclama uno y el otro se atraganta, asiente con la cabeza pero en cosa de nada el plato queda vacío. ⸻ ¡Otro, otro, otro!.⸻

No espero la llegada del par así que rápidamente se colocó el mandil para buscar lo que previamente tenía hecho porque uno nunca sabe cuándo un cliente puede llegar. Con cuidado llevo la bandeja de madera con dos tazones de ramen tradicional. « E-Espero que les guste. » Murmura apenada.

⸻ ¡TENEMOS HAMBRE!. ¡TENEMOS HAMBRE!. ⸻ Ya estaban ambos gemelos golpeando la mesa con los cubiertos en mano, que casualidad que hoy no estaban destruyendo algo o causando molestias por alli.