— Claro. Cuando sea posible te avisaré. ¿Está bien? —
Se dirigió hacia ella y le hizo varias caricias en la cabeza, sonriendo ligeramente debido a la actitud de Chie.

Las facciones de la nipona cambiaron y los ojos de Chie brillaron; era la primera vez que veía un bombero. Está claro que es una niña en un cuerpo de mujer. « ¡Kyaaw! Eso es asombroso. ¿Un día me llevarás a conocer la estación? Nunca vi una ni mucho menos un bombero. »

— ¿Nunca te dije? Ah, es que soy bombero. —
Y si, con tremendo animal al lado, todos desviaban su mirada lejos de Chie, protegiendola de esta manera.

Caminaba sin ningún problema, esta vez nadie la vería de una forma lasciva menos cuando esta junto a Akage. « ¿Por qué entrenas tanto? ¿Eres policía o algo así? También tengo hambre. »

— Vengo de vuelta del gimnasio. Y si, también espero esos batidos, tengo hambre. —
Replicó al tomar la mano de Chie, comenzando así a caminar a su lado.

Observó la mano y dudaba al comienzo si aceptar o no pero finalmente lo hizo aparte el chico sabe que Chie es de perder fácil en la ciudad. « Hai. . . Oi, ¿Qué haces tan tarde por aquí? Uhm, espero que haya esos batidos. »

— Un café suena bien. Entonces vamos, que comienza a enfriar. — Y le ofreció su mano derecha a Chie para que no se perdiera.

Termina de acomodarse y este queda pasando sus rodillas; le brinda seguridad. « ¡Taraaaan~! ¿Me queda bien? Y podemos ir por café o algún té en especial, hace frío. »

— Oh. Justo estaba pensando en prepararlo. Bien, acepto. —
Respondió sin darle mucha importancia al sonrojo de la mujer, dándose la media vuelta al ver que se comienza a poner el abrigo.

Saber que casi se le ve algo fue ideal para que el rubor aparezca en sus mejillas volviéndolas rosadas. « Gomen'nasai y. . . Por esto, te haré taiyaki. » Antes de recibir el abrigo asintió suavemente y luego se coloca lo prestado que claramente le queda gigante hasta tapa más que su propio pijama. « Me siento chiquita. »