Ella es Charlie, la princesa infernal Y era época de fiestas en su hotel celestial. Se vistió con colores bastante alegres Esperando que la decoración mostrará su fuerte. Preparo galletas y un dulce de nuez Que a sus amigos preparaba en un dos por tres Agregó a todo el hotel botas en las chimeneas Y al hotel entero dejo sin alcohol en botellas. Finalmente sus preparativos concluyeron Y solo quedaba ver expresiones de sus amigos boquiabiertos.
Ah! osea que estaba bien que tratara de matar a la señorita Charlie! :@ ¡¿Si tu hubieras estado en su lugar dirias lo mismo?! eh?! :@ Y agradece que no se trató de mi hijo o ahí me habría enfadado, Xian -molesto se marcha, pero le pide a unos huevo-ayudantes que vigilen a la señorita Magne, y estos son diferentes ya que se visten como guardaespaldas de películas de accion-
Por los dioses... ¿¡Ustedes no pueden pasar un día sin drogar o envenenar a Alastor!? ¡Tan sólo sufre de hambre, no ha comido nada durante todo el celo!
—Y ya lo sufrió en carne propia, casi pierde una mano en sus fauces. Acercándose, busco desenroscar al ciervo de aquella curiosa serpiente demoníaca, usando sólo una de sus manos para poder llevarlo consigo a dónde pudiera reposar en paz y cazar al despertar.—
¡Oigan! Es de Alastor de quién están hablando, no de cualquier animal rabioso.
* Pone en un plato bastante carne empujándola hasta la reja del ciervo colocándose a una distancia razonable esperando a ver la reacción con la carne -.
-Al ver la escena algo hizo que se enojara bastante, e hizo algo que jamás pensó que haría: lanzarse contra él. Aprovechando lo distraido que estaba el demonio enrolló con su largo cuerpo al demonio de la radio para inmovilizarlo igual que haría una pitón, apartándolo de la princesa- ¡CALMATE ALASTOR! -echó la cabeza hacia atrás y clavó sus colmillon en la nuca del demonio rojo para así inyectarle su veneno, éste no lo mataría debido a su gran poder, pero esperaba almenos actuara como un narcótico y lo calmara o relajara. Más porque iría directo al cerebro-
Al, suéltame o te rompo la quijada si me haces enojar.
- el tono de voz dulce había cambiado en un instante y tomo la mandíbula del ciervo para abrirla y soltarse de aquella mordida y como gesto burlón pone un mirada de vencedora -.
