Él era tan grande y fuerte, los asiáticos siempre le habían parecido interesantes pero Yamazaki si que rompía el molde, quizá por su cuerpo atlético pero su seriedad y sinceridad en verdad le cautivaban.
— Yamazaki eres más coqueto de lo que nsdie pueda imaginar. — Aperovecha la cercanía y planta un besi en su mejilla.

Se dibujó una sonrisa en su rostro. De tomar esa mano pasó a protegerla al rodear ese cuerpo tan femenino con sus brazos, andando como una pareja melosa. — Yo no exagero.. en realidad soy un hombre de pocas palabras. Pero cuando te veo no puedo evitar decirte lo mucho que iluminas mis días.—

Tomo su mano, quería sentir confianza y también sentirse protegida. Ser extranjera aveces podía ser un poco abrumador.
—Ah, estás exagerado seguramente!— respondió con una resplandeciente sonrisa, el halago era lindo al recibirlo de su parte

— Creo que eres el centro de atención a donde vas. No hay chicas tan guapas como tú. — Ofreció su mano para andar juntos. Ya que se encontraron, quiere su compañía el resto del día.

—¿Crees que estoy llamando mucho la atención? —su mirada en ella era obvia pero no le desagradaba nada. — Tú también te ves bien.—

— Te queda muy bien ese atuendo. Resalta tu figura. —

Ese día no podía dejar de verla. Es sin duda una mujer radiante.

—Ah.. alfin lo admites.

Solis estar nerviosa en presencia de él.

Que linda..