— Sabes que no molestas, jamás lo haces Daleth. — A la brevedad esclareció y reitero sin perder ni una pizca de estoicismo, procurando eludir todo malentendido, y prosiguió.

— Un noble más con demasiadas responsabilidades por cumplir. — Realmente agotado de ello, aunque cada acción tuviera su propio beneficio.

— Nada más que un paseo rutinario, siempre debo velar por la seguridad de todos, es mí deber. ¿Y qué hay de ti Daleth?

— No se preocupe. No quise molestarle tampoco. De hecho, todos en Atlantis sienten una gran admiración y respeto hacia usted: No por nada es el noble más grande de todos... — Lo último que dijo fue literal, a causa de que el noble Cedric era un colosal ballena azul. — ¿Estaba usted de paseo o buscaba algo de comer?

Aún consideraba complicado utilizar esa fachada humanoide, si bien, todavía no se acostumbraba del todo cuando prefería estar dentro del océano.

— Para nada, solo no preste la atención necesaria.

Desvió la mirada, ciertamente ocultando todo rastro de vergüenza en su rostro, aunque al instante terminaría por admirar esa sonrisa.

— ¡Jajaja! ¿Le asusté, Sr. Cedric? — El beluga también fue hasta la superficie, transfigurándose en su forma humanoide y viéndole con una amplia sonrisa en su rostro.

Ante la sorpresa y ni siquiera lograr prever las intenciones del beluga terminaría por estornudar utilizando su espiráculo. Todo un desastre, deberá nadar hasta la superficie.(?)

— ¡Yay! — Se le aparece nadando por debajo de él, acercándose a su inmenso estómago de ballena, para luego usar su pequeña aleta blanca y hacerle cosquillas. — ¡Cuchi, cuchi.~! (??)