CecilliaZeppeli

No es para tanto.

— Elevo los hombros y con el dorso de la mano se limpio el sudor que corría por su frente. Como no vio interés de la italiana de sacar el agua, solo encogió de hombros y camino hacía la escalera, subiendo después de la mujer. —

— Sonaba como un plan perfecto. Puso manos a la obra, mezcló el cemento en un bote, puso un poco de agua y uso la mano derecha para revolver el material gracias a su fuerza.

Espero por la indicación de la Zeppeli y cuando fue el momento preciso coloco el cemento sobre la superficie. No solo cubrió el agujero, también puso una cubierta en una zona del muro, una vez que termino, cargo un librero vacío para tapar la pared y así evitar que se deformara el cemento. —

Creo que ya te puedes relajar.

— En una acción un tanto sorpresiva, Joseph no se río cuando el corcho impacto en el rostro de la italiana, se acercó un poco para revisar que no la haya herido el impacto, incluso palpo su mejilla, estaba un poco inflamada pero nada más eso. —

Tranquila, yo me encargo.

— Reviso un poco entre las cosas que había en el sotano y después de un rato encontró algunos costales, palpo el interior con las manos hasta que halló lo que buscaba. —

El problema va a ser como evitar que el agua bote el cemento.

— Rodó los ojos y camino hacía donde el agujero, como estaba descalzo no importaba tanto que el agua llegará hasta la altura de sus tobillos, palpo por un momento la zona e incluso se inclino para revisar bien, siendo salpicado por algunas gotas del liquido en el rostro. —

¿Revisaste si hay cemento o algo por el estilo?

— A pesar de que lo consideraban solo como un niño rico inútil, Joseph conocía bastante sobre labores manuales, Erina siempre lo trato de preparar para cualquier situación, no lo quería solo como un chico acomodado que no sabe hacer nada. —

— Escuchó el modo en que se le trabaron los pies a la italiana, al menos se mantuvo en pie, de lo contrario, seguro que habría caído de cara al piso porque joseph no tenía aún despiertos sus reflejos para poder atraparla.

Miro lo que hizo la Zeppeli y primero miro al pequeño chorro de agua, luego alterno para ver el rostro avergonzado de la italiana. —

Fuiste una buena amiga, te extrañare cuando mueras.

— Una cruel broma en que le indicaba que no iba a ayudar con ese problema que no le correspondía. —

En efecto, podrías INTENTAR asesinarme, pero te patearía tu bien formado trasero.

— De nuevo dio un bostezo muy amplio que apenas si llego a cubrirse con el dorso de la mano. Por más que intentara hacerlo menos con sus palabras, Joseph podía defenderse por su propia cuenta, con o sin hamon, a fin de cuentas sabía que ella no podría llegar a hacer nada así. —

¿Qué vamos a hacer al sótano?

— Las últimas palabras se perdieron en un bostezo que no tardó en cubrir con la mano derecha. Continuo con su andar sin siquiera darse cuenta que la chica lo había visto y eso había provocado que mirada a otro lado. Normalmente estaba muy al pendiente de todas las cosas, pero ahora el sueño le tenía controlado. —

— Muy a regañadientes acepto, cerró la puerta detrás de si y camino detrás de la rubia, usaba solo una camiseta y un short, tampoco es que quisiera preocuparse por poner otra ropa o sintiera necesario el cambiarse. —

¿A donde vamos?

— Abre la puerta pasados unos cuantos minutos de los primeros golpes, se nota por completo que estaba en el quinto sueño, cabello desaliñado, ojos un poco rojos y una expresión similar a la de un gato recién despertado. —

¿Sabes qué hora es? ¿Qué pasa?