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Flavio · 26-30, M
*Al recibir su mano la llevo a sus labios para depositar un beso en el dorso y después soltarla al mismo tiempo que ella* — Poi vado in pensione, fue un auténtico placer conocerla señorita Carmina, entonces no le quito mas su tiempo, nos veremos pronto. *Le dedicó una sonrisa amable y entonces salió del lugar, se acercó a la moto, se puso el casco, giró su rostro para decirle adiós con la mano y luego arranco llendose a toda prisa*
Tal parece que había dado con el clavo. Su ya presente sonrisa, se iluminó en alegría al percatarse gracias a los gestos del contrario, que su buena intención había llegado al joven. Asintió repetidamente, emocionada, al escuchar la confirmación de una próxima visita por parte del rubio. — Claro, aquí lo esperare, lista para escuchar todo lo que quiera contarme. Si tiene más fotografías igual me gustaría verlas. — Fue en ese momento que sujetó la mano que le fue ofrecida por el joven con cuidado entre las propias. El tacto de sus finas y suaves manos era apenas perceptible, nadie sospecharía de todo el trabajo que realiza día a día. — Espero que todo le vaya bien hasta que nos volvamos a ver. — Y con la misma delicadeza que uso para sujetarle la mano, lo soltó, ocultando entonces sus propias manos tras su propia cintura.
Flavio · 26-30, M
*Entiende lo que la chica quiere decirle, y comprende que ella tiene poco tiempo libre al querer atender como es debido su negocio, la respuesta lo hizo sentir un poco bobo por qué era algo obvio y sonrió algo avergonzado aunque pronto se recompuso, luego una mirada un tanto peculiar se instaló en sus ojos cuando hablo así de la madre del rubio, jamás habían comprendido el por qué la adoraba tanto y ella lo descifró correctamente, se enderezó y sin dejar de verla a los ojos le comentó* — Bien, entonces pronto vendré a visitarle señorita Carmina y me sorprende, es usted en verdad astuta, puso ver algo que casi nadie entiende sobre mi sentir respecto a mi madre, ya podremos hablar de eso con más calma, por ahora debo irme y espero tener tiempo disponible para visitarle pronto. *Estiró su mano para que ella la estrechará con la propia, así se mantiene hasta que ella lo haga*
(...) ayudar de algún modo. *
El recibir un cuestionamiento de vuelta le tomó por sorpresa, pero más que aumentar su nerviosismo, se vio en la necesidad de concentrarse. Cruzó los brazos y frunció el ceño por breves instantes, mientras meditaba una respuesta adecuada. Una vez encontró las palabras correctas, devolvió la mirada al rubio. — No hay un día en particular. Puede pasar cualquier día de la semana y aquí estaré. Y claro que quisiera volver a verlo. Me gustaría saber más de su madre. Usted la describe cómo bella, y la foto que me mostró lo demuestra, pero algo me dice que su belleza radicaba en su interior y por eso usted la recuerda tan bien. ¿No? — Ofreció una sonrisa al joven esperando demostrar su sinceridad con aquel gesto. Y es que, desde el encuentro inicial dónde le mencionó el parecido que guardaba con su fallecida madre, Carmina logró percatarse de un sentimiento oculto entre esas palabras. Difícil era ponerlo en palabras, pero, pensaba que, quizá ofreciéndose a escucharlo ocasionalmente, po
Flavio · 26-30, M
*Le parecía una chica despistada pero encantadora, amable y sonriente, había varias cosas que compartía con su madre además de su apariencia, sentía deseos de protegerla y ayudarla, no él mismo entendía por qué, ya que apenas la conoce, solo el tiempo le dirá que es exactamente lo que piensa al respecto de ella, sonríe algunas ocasiones al lograr darse cuenta de los nervios de la contraria y se inclina un poco recargando su codo en el mostrador* — Dígame señorita Carmina, ¿Quiere usted que vuelva a venir? No quiero ser una molestia para con usted. *La miró fijamente, estaban como a medio metro de distancia de ido a qué el se había recargado* — O prefiere indicarme un día exacto para no ser inoportuno, la educación es primordial para mí y así como odio que dispongan de mi tiempo debo respetar el de los demás ¿No le parece?
(...) Eso explicaría porque no lograba distinguir su nombre cómo alguna celebridad de esas que salen en las revisas y noticias. O al menos, era lo más lógico para ella. Pero lo más importante era que tenia una confirmación verbal de que tiene intenciones de regresar. Flavio le resultó bastante intrigante, y el parecido que ella misma mantenía con su madre era una historia increíble. — Entonces… ¿Nos volveremos a ver? — Preguntó con un tono de timidez, solo para reafirmar que había quedado claro el mensaje.
En un modo de calmar sus nervios, sujeto el dije del delgado collar que portaba, jugando con este entre las yemas de sus dedos. Con la mano libre despidió a los empleados del rubio, atenta a los movimientos realizados en el exterior. En su mente rondaba aun la pregunta sobre qué tan prudente sería preguntar a qué se dedica. No, quizá en otra ocasión. ¿Otra ocasión? ¿Sería posible? Pero al escucharlo hablar de una próxima visita la sacó de ese trance en el que se había sumergido sin querer. — S-sí. Luz encendida es que estoy en casa. Tampoco es cómo si saliera mucho, la tienda siempre me tiene ocupada y agotada. — ¿Escuchó bien? ¿Hermano menor? ¿Uno de tantos? Esto le indicaba que venia de una familia numerosa, por tanto, bien acomodada. (...)
Flavio · 26-30, M
(...) — Bien, entonces, luces encendidas quiere decir que está en casa, luces apagadas es por qué no está o ya se durmió, ¿No?
Flavio · 26-30, M
*Todas aquellas acciones de la chica le dan bastante gracia y no con el afán de ofender la o hacerla sentir mal, para él era algo tan normal gastar esa cantidad como si fuese nada, pero al menos le alegra saber que la boca tuvo una buena venta y además ayudo a sus empleados los cuales fueron a la camioneta blindada a dejar las cosas, aquellos hombres se despidieron de la chica y entraron los dos a la camioneta la cual se fue, al exterior de la tienda había una moto de la propiedad de Flavio, lo cual fue extraño, ya que ellos habían llegado caminando hasta la tienda de ella, sus hombres estaban muy bien organizados, ya estando a solas con ella y después de pagar todo la miró atento y escucho sus palabras algo cuatrapeadas soltando una risa un tanto infantil* — Bueno, espero la venta fuera buena, pronto vendré, de eso no tenga duda señorita Carmina y traeré conmigo a mi hermano menor, uno de tantos... *se ríe para si mismo y niega despacio* (...)

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