¿Tú no eres leal a un mago de esta época? Me agrada tu tono irónico, hasta te encuentro algo cínico, y si de verdad esa lengua mordaz sólo suelta ese veneno, algo muy agrio ha de haber en tu vida, espíritu heroico.
-Sus bien delineados contornos oculares no se apartaban de esa mirada arisca y hasta fría, ella como descendiente de una adivina también poseía cierta virtud de escudriñar dentro de la gente.-
Los guerreros de Ulster, no todos... pero varios heredaron una fuerza a través de sus ojos, también los usaban para amedrentar, se decía que en medio de la noche, sus miradas eran muy poco distinguibles de las fieras cazadoras, aunque es algo que siempre he dado poca importancia.
—Touché.— mostró una sonrisa sarcástica que daba la impresión de haber sido "derrotado", dando más constancia de ello con la postura de su cuerpo.
Observaba los ojos de la contraria y en parte se veía sorprendido. ¿Era cosa suya o los legendarios guerreros de Ulster tenían semejantes iris? Claro que vio excepciones como en su hermana gemela. Quizá solo eran cosas suyas o aquellas características señalaban a alguna especie de elegido por el destino, cosa que en relatos antiguos era lo usual.
—Me sorprende que la Reina guerrera sea tan leal a un mago inferior a ella. ¿Cómo es eso si puedo preguntar?
Creo que te equivocas. Mi master no es una persona débil, y si dices que haz escudado, significa que aun te falta comprobar; la comprobación es imprescindible para un guerrero. -Cerró sus ojos adornado de abundantes pestañas enroscadas.-
Antes dije que tu voz me trae alguna clase de recuerdo, ni yo entiendo el porque. -Re abrió sus ojos, dejando ver aquellos iris tan ahogados en su sangre, en un profuso mar de lamentos.-
—¿"Esa voz tuya trae tantos recuerdos"? ¿De qué hablas? — en un solo instante llegó a la idea de que quizá lucharon en alguna Guerra del Grial como enemigos, pero no lo recordaba. Era ilógico si lo pensaba a más responsabilidad y prefería no dar la imagen de decir lo primero que tenga en la cabeza, así que retuvo con mucha tentación aquella deducción en su lengua.
Aun así, siguió hablando con otro tema.
—He oído de tu Máster... Además de débil e inútil, no me hace falta ser como un erudito en la magia para saber que eso repercute en tu potencial. Claro que no sería problema si fueras una deidad débil de poca monta, pero al portar el nombre de Scáthach quizá te conviertas en la sombra de tu nombre al estar tan perjudicada. — comentaba de brazos cruzados, con una expresión confiada de sí misma pero a ojos de cualquiera no daba confianza.
Veo que percibiste algo que suelo esconder ...dime porque estás aquí, servant. ¿Es por sacar en cara que bajo este manto rojo de mis mejillas parezco una mortal?
