Dio un paso a un costado, para ahora observarlo de reojo, antes de pronunciar las siguientes palabras, sacaría algo de uno de esos bolsillos y ofrecería a su hermano, estirando la mano izquierda en su dirección, lo que parecía ser un talismán en forma de un ojo color escarlata. — Por ahora ten esto, no perteneces al Ojo de Cain, pero sería bueno que te mantengas informado; necesitamos reunir a más personas antes de retomarlo y tengo a C’ trabajando en un nuevo equipo, por eso si encontramos a alguien, contáctame por este medio. —

Ya no estaba mirando más a esa proyección holográfica de su madre, volvió a ver a su hermano, continuó explicando tras apagar el holograma y esconder las manos en los bolsillos de su oscura indumentaria. — Precisamente, pienso que tienen una conexión con criaturas del abismo, es a lo que toda lógica apunta. — Sonrió al escuchar esas palabras por parte de su hermano, había escuchado lo brutal que este podía ser en batalla, contar con él aliviaba esa carga que ahora reposaba sobre sus hombros. — Yo solo tampoco podría ser capaz de salir vivo al enfrentarme con algo así, por eso me alegra escuchar que estás dispuesto a ayudarme a luchar a recuperar lo que es mío. —

El holograma mostraba como el demonio en forma de bruma desaparecía a manos de lo que eran dos figuras encapuchadas, Cain observó a la que llevaba una oscura vestimenta con clara atención — Mi madre, y me refiero a mi verdadera madre, trabajó codo a codo con su propia madre para llevarlo a su muerte, al olvido, aunque eso hizo que Azarath tuviera que recuperarse en un largo período de tiempo. — Ahora una lluvia negruzca caía sobre el reino tras la muerte de esas dos figuras, Arella y Raven, daba la impresión de que los años transcurrían y con eso, Azarath volvía al estado con el que Cain gobernó durante unos cuantos años. — Dicen que el modus operandi de este “Impostor” es muy similar al de mi abuelo y su culto. Crean caos, destrucción y muerte a su paso, ocasionan una locura descontrolada en personas al azar y simplemente matan por el placer de matar y traer al reino a un caos incomparable. —

Sonrió sin embargo a las nuevas palabras de su hermano, su instinto de cierta manera era tan afilado como el suyo, era de esperarse, gemelo de Liannette, con quien había convivido y afilado dicha intuición por años — Creo que estás dando justamente en el blanco. — Agitó su mano izquierda y al instante aquella interfaz holográfica que mostraba los planos de Azarath cambió, el reino se veía completo y encima de este se formaba la gigantesca figura de un demonio, uno que muy posiblemente Alastair no conocía, pues ni su propio nieto tuvo oportunidad de conocerlo — Te presento al padre de mi madre, Trigon…Hace tiempos, antes de mi nacimiento, el Reino fue prácticamente tomado por él cuando la maldad de sus habitantes lo trajeron al Plano Material para liderar como su único gobernante —

Entrecerró los ojos y lo observó más intrigado antes de borrar ese gesto de su cara — ¡Ja!... Pues…En mi búsqueda por alcanzar las habilidades de un Planeswalker me encontré con la mismísima diosa del conocimiento, la salvé de una terrible “muerte” a manos de una pseudo-deidad que representa a la no-muerte y a cambio de honrar una de las cosas que más he apreciado toda mi vida, aquello que ella misma representa, me convirtió en uno de sus campeones para con Terra, su librería posee un conocimiento prácticamente infinito. — Su mano zurda picó por un momento la piedra ámbar que levitaba alrededor de su cuerpo, la misma brilló por un momento, brillo que reflejaba al instante el presente ahora en sus ojos al recordar el día que llegó a ese plano de infinito conocimiento. Ahora que tenía la protección de su diosa, sentía que de alguna manera su hermano le había traído buena fortuna.

Sus habilidades de telempatía podían percibir cualquier emoción a su alrededor con una enorme facilidad, por eso pudo reaccionar a esa ira que su hermano desbordaba al contenerla, negó la cabeza ante ese comentario, mas luego sonrió nerviosamente por lo dispuesto que estaba Alastair a brindar acero y sangre a sus nuevos enemigos, si había algo que Cain apreciaba más que muchas cosas era la lealtad y el honor. — No, no están usando mi voluntad ni mi nombre para ocasionar los crímenes que están cometiendo, pero hay dos cosas que puedo asumir con facilidad si me pongo a atar cabos. — Se puso a pensar, en un momento se lo explicaría, pues su hermano tendría algo que decir respecto al tema de Ioun y algo más, eso último que tenía que decir avivó un poco su curiosidad — ¿Ah? …¿Tu esposa?...¿Hmmm?...—

Su rostro tan simplemente mostró una leve sonrisa ante ese comentario de la prevención, no diría nada, pero pensó que, si su hermano pensaba así de un cuarto que no estaba resguardando tanto como otras cosas, entonces no había visto nada.
— En verdad que no es sinónimo de ello, hermano, pero es necesario dar a entender que estas personas proclaman hacer lo que hacen para “liberar” a Azarath de sus “cadenas”. — Esas palabras Cain no las comprendía completamente, fue lo que le dijeron del reporte, sabía que, si tenía que averiguar la verdad quizás era necesario volver a su propio reino, de una vez por todas, pero sin un grupo establecido ni la nueva armadura y cañón que estaba trabajando en conjunto a la división de Pestilencia, aún no podía dejar ese planeta.

Ya cuando Caín explicó sobre el posible culpable fue cuando sus pupilas se dilataron, sintiendo el ardor de su ira dentro de su pecho, una que sin duda gustaría utilizar contra aquellos que ahora se metían contra el mandato justo de su hermano. — Un maldito impostor ¿Eh? ¿Porqué alguna figura divina estaría interesada en sumir en caos un reino como el tuyo? ¿Estás seguro que no se trata de un Dios Antiguo o un Príncipe del Abismo? Esos son los predilectos cuando se trata de sumir en caos algo, y hrrm, no son algo grato de enfrentar... No creo que yo sólo podría dañar el cuerpo verdadero de alguno de ellos al menos con nivel actual. — Admitió sabiéndose a sí mismo una mole de batalla y trucos, pero también sabía sus limitaciones. — Sin embargo si debo matar a un Dios para ayudar a mi sangre, lo haré. —

Pasando de un rostro serio, otra sonrisilla se apoderó de su rostro, asintiendo un poco, añadiendo de ese modo. — Vaya, así que las conoces. No muchos en este plano tienen familiaridad con las mismas, están usualmente ligadas a planos conectados con la mente y otros peligrosos e inclusive bastante mortales para aquellos sin preparación. Sin embargo en este plano se han escapado unas que otras, y por ende son vendidas por precios elevados. — Añadió el varón mientras posó su mirada en la de él, frunciendo su entrecejo y acotando de ese modo. — ¿Sigues una diosa eh? Primera vez que escucho a un Wurm que no crea más que en su propia fuerza, y si bien no comparto, mi esposa hrrm, bueno una parte de ella.. — Explicó sin elaborar. — .. podría decirse que seguía a una poderosa deidad. Es una larga historia. —

— Libertad no es sinónimo a deslealtad, Caín. — Dijo con seriedad mientras fruncía su entrecejo, mordiendo un poco su labio inferior con uno de sus colmillos como para aplacar su ira, una de las pocas cosas que encendían su furia era sin duda la tración, el dar libertad y confianza a otros sólo para que se aprovecharan de ello. En alguna de sus aventuras ya le tocó lidiar con cosas por el estilo. — ¿Engaño? ¿Es a caso que están usando tu buena voluntad para opacar tu nombre? Si es así, pues... Nadie allí me conoce, no me molestaría destrozar a todos esos tipos y hacerlo parecer un accidente, de ese modo puedes ascender nuevamente como un héroe. — Añadió de modo un tanto maquiavélico, como dispuesto a mancharse las manos si aquellos tipos deseaban jugar sucio, podrían usar el anonimato de Alastair como una ventaja.