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CainValcross · 31-35, M
una contradicción andante.

— Ya te lo he dicho, yo seré tu escudo y tu espada, tan solo tienes que decir la orden y yo la ejecutaré. — Mencionó esas palabras sin ningún titubeo, esa frase que ella conocía a la perfección, el juramento que hizo cuando volvió a quien ahora debía de proteger con su propia vida.
CainValcross · 31-35, M
, a enfrentarse el uno al otro, al borde de la muerte sin descanso con nada más que dos cuchillos para herirse el uno al otro.

Era un arma, sí, y su hermana mayor no pudo vivir si quiera para contar tal destino para consigo misma, pero lo más cierto de todo es que tuvo que vivir bajo la sombras para ganarse eventualmente su propia libertad, eso lo entendía y casi sentía como un ciclo volvía a repetirse, el arte del espionaje brindaba una especial familiaridad cuando la historia tendía a repetirse, más aún cuando se trataba de ese ciclo del que él había sido testigo y protagonista tantas veces: El ciclo del odio.

Negó con la cabeza ante la última pregunta y tan solo empezó a levitar hasta posicionarse a sus espaldas, mientras decía algo importante, colocando ambos brazos por encima de ella sin tocarle, se mostró en aquella pose en la que le había conocido, la de un demoníaco Angel de la Guardia, por ello, nuevamente daba la impresión de ser (...)
CainValcross · 31-35, M
lugar.

— Desde antes de nacer tenían planeado usarme como arma de asesinato. —

Si en el rostro opuesto no había ni un solo reflejo de felicidad, el del Rey mercenario no mostraba emoción alguna, ya era un destino que hacía mucho tiempo había aprendido a aceptar, eso le traía memorias, y por esa ligera conexión telepática sin querer las transfirió a ella inconscientemente como dos recuerdos, imágenes pasandose por su cabeza por unos instantes, primero de un joven Cain, siendo regañado por el peliplateado Maestro de espías imperial, en un uniformado azabache, su seudónimo "Adamas Imperatos" y su nombre "Osiris Von Silverwolf", entrenamiento que hizo convertirse al entonces Príncipe en uno con el arte del engaño y las sombras, hasta ser una eficiente herramienta en el sigilo y la extracción de información, el otro recuerdo, era más brutal y consistía en como dicho Comandante de espías puso al chico y a su hermana Liho, mayor que él por tan solo un año,
(...)
CainValcross · 31-35, M
Aunque se terminaba de limpiar la ceniza de la diestra, su mirada de un fuerte carmesí no se despegó de la impropia, la verdad era que ese cambio de apariencia en la iris ajena era motivo de llevarse su atención.

Intriga que residía en un "por qué" más técnico y hasta casi científico que otra cosa, pues en parte entendía el por qué emocional, en ciertas cosas eran tan parecidos, la venganza era un veneno del que el Wurm Oscuro fue víctima durante gran parte de toda su vida, y el odio, pues, era el Hambre que alimentaba ese lado Wurm que había aprendido a controlar, colocó la zurda sobre el hombro opuesto, pudo sentir ese odio con una intensidad que casi parecía propia, aquella conexión aparentaba transferírsela momentáneamente a él y ante ello parpadeó un par de veces, quitándose el efecto de encima a la vez que separó la mano izquierda de ese (...)
Su sonrisa simplemente no existía, inerte en cuanto a sentimiento.

— ¿Así que eso es eh? Realmente, sí somos armas... — El eco de aquellos susurros en su mente se ataron inmediatamente a su inconsciente, escuchando con claridad la ventaja en cuanto al ejecutor se tratase.

No sonaba mal, si bien él había expresado anteriormente que no le dejaría, tendría entonces que encontrar resignación en el orden natural de las cosas: dejar fluir el caos, las consecuencias y daños colaterales a través de dejarlo ir con ella a Kepkler, lo que podría ser algo muchísimo más grande de lo que tendría ya planeado. Asintió con la cabeza, dandole el visto bueno a dicha propuesta.

— Supongo que no puedo persuadir-te, ¿no es así? —
Cedió ante la mano contraria, elevando su rostro para verle mejor. No hubo necesidad de palabras, ni siquiera había necesidad de utilizar vínculo empático que tenían al ser su guardián, de cierta forma ser parte de ella.

Fuera más allá de aquella sensación solo bastaba con ésa mirada, rasgada, amarillenta, veneno puro en el iris, la puerta de su alma, su propio espíritu; aquella mirada que Neferet reflejó al momento que Caín habló sobre cómo es que él se vería frente a su familia, frente a su padre, el ser digno.

«valores cómo ejecutor, honor, respeto, confianza, lealtad»

Simplemente llena de odio y malicia, sed de venganza. El oscuro mar que se adentraba detrás de aquél masking; el cuál reflejaba un rostro jovial y feliz, uno que se encerraba en bares bebiendo hasta el amanecer, intentando encajar en lo que jamás sería. Libre.

«Libertad»

Inspiró con profundidad al tiempo que Cain le sostenía de aquella forma, sin si quiera reflejarse un pequeño rastro de júbilo. (...
CainValcross · 31-35, M
calor provocado por el fuego.

— Quizás no sabes mucho de mi pasado, pero la verdad es que cuando se trata de efectuar venganzas, solía ser el especialista, pero... ¿Somos? — Su semblante serio mostró un leve dejo de alivio cuando por fin su protegida pasaba de arrugar el entrecejo y mantener aquel semblante a relajarse, con la mano diestra le sujetó del mentón, usando los dedos que no se mancharon de ceniza, y forzó un contacto visual con ella.

{ Si él te está esperando, entonces tienes más razón para usarme como tu arma }

Aunque ella pudo escuchar estas palabras, la verdad es que Cain no movió los labios para expresarlas en ningún momento, quizás una posible familiaridad con esa habilidad le habría hecho entender al instante que resonaban dentro de su cabeza, telepatía, continuó acariciándole la cabellera.

{ Seré tu elemento sorpresa, tu "sombra", toda la vida se me ha entrenado en esta arte, de todas formas. }
CainValcross · 31-35, M
Arrugó la boca con un ligero gesto de incomodidad, pero porque estaba en desacuerdo con eso que ella decía respecto a no volver con vida, pudo sentir el coraje pero ante ello mantuvo la calma,´ lo cierto era que cuando Neferet mostraba las emociones tan a flor de piel como en ese momento, para el émpata era tan fácil leerle como si se tratase de un libro abierto.

Justamente pensaba decir algo más pero entonces ella le robó las palabras con esa pregunta, si el estoico semblante de su rostro era notorio, ahora era prácticamente sombrío. ¿Qué clase de Ejecutor sería de dejar pasar algo así? Negó con la cabeza de forma rotunda. — No sería un protector digno ni podría darle la cara a mi familia o a la tuya si tuviera que dejar que algo así suceda.— Entonces notó como por fin el cigarrillo se habría acabado y como aún quedaba una incandescente colilla, la sujetó entre los dedos índice y pulgar diestros apagándola al instante, sin ninguna molestia ante el (...)
nuevamente, sosteniendo la colilla aún incandescente entre sus dedos.

— Todavía no estoy segura, pero, creo...que morir es una clave importante, en la venganza. La venganza si, ¿no es lo que somos entonces? Máquinas de matar, sólo eso... — arrugó el entrecejo. Frunció con ligereza sus labios manteniendo aquél semblante. La caricia sobre su cabellera brindó el confort suficiente cómo para relajar su cuerpo completamente, dejando descansar así sus hombros, algo resignada.

— Ésta vez el guardian será el que quede con vida. — Al parecer, Neferet tenía todo planeado, tal era la certeza de su defunción al finalizar su travesía.
Aquella tibia palma sobre su coronilla le reconfortó, bajando así sus hombros, relajando un poco el cuerpo. Llevó así su cigarrillo s sus labios, amos ceniza que iba por la mitad delataba la falta de interés en el. Dió una calada más, exhaló el humo y elevó ahora su rostro para ver mejor al azabache.

— ¿Dejarme morir dices? No planeo volver con vida, no creo ser capaz. Y no creo, no creo que Gioto me deje volver tampoco, es por eso que no deseo que vayas, quizá esté esperando mi regreso... bastardo precavido. — Musitó esto último con coraje. Cada que hablaba de él la sangre le hervía, como veneno que se esparcía por todo su torrente sanguíneo.

— Quizá, quizá es que yo deseo morir. ¿Si te lo pidiera me dejarías morir?, ¿si fuera la única opción? Tu, ¿me dejarías hacerlo estando allá conmigo? — Su mirada delató la seriedad en sus palabras. Dió una última calada al cigarrillo exhalando el humo ahora, por la nariz, con lentitud. Posó su mirar en el suelo cruzando sus brazos (...)

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