― Concuerdo totalmente. Y... muchas veces, me entra el deseo por brindar un poco de ayuda, aunque sé que no debería.

Llevó su siniestra hasta su nuca, donde se dedicaría a rascar aquella área en un gesto lleno de modestia y cinismo por el desvergonzado acto de intervenir en los destinos ajenos; al mismo tiempo reía como un acto que remarcaba aquel despreocupado acto. Si, muchas veces no medía las consecuencias de sus actos y caprichos.

[code]Su mirada aun era impasible, pero le llamo la atención las flores que traía en el cabello, como bio-botánica, le encantaba vislumbrar flores y cualquier otro ser vivo que fuera del reino plantae, por lo que su mirada azulina fue ahí ladeando con curiosidad implícita su cabeza.

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Y al mostrar su figura corpórea, se daría cuenta que se trataba de un hombre joven con larga y plateada cabellera, adornada con un par de flores en los costados donde podría localizar sus orejas. Túnica blanca con una capucha colgando en su espalda. Y su mano derecha, sostenía un bastón con un peculiar diseño el cual resaltaban algunos pedazos de tela como decoración.

― Más interesante es ver el rumbo que tendrán tras aquel renacer, si cambiarán su destino o s condenarán a repetir el mismo error.

Dio un par de pasos hacia atrás cuando el contrario se desveló en aquella cortina de pétalos que ahora era una persona aún así no se asustó ni causa alguna, ella conocía varios tipos de portales, que eran como aquel, la facilidad de la teletransportación eran para ella tan fascinante como la botánica.

— Siempre es interesante ver el renacer de alguien.

― Será algo interesante de ver...

Replicó aquella voz, en esta ocasión un tanto más solida y menos dispersa en el ambiente. Y con razón, pues por un instante los pétalos se alzaron en vuelo ante un leve camibio en la presión del viento, arremolinándose frente a la mujer. Aquellos pétalos formaron una cortina que cubrió la vista por unos instantes y... finalmente, revelaron al origen de aquella voz.

El olor a rosas fue muy peculiar, hace mucho que ella no olía aquel aroma proveniente de la tierra, pues en su hogar si bien había unas flores parecidas su olor era diferente.

— Uno donde yo elijo mi propio camino y mi propio destino.

Aún seguía hablando tal vez con la nada pero aún así no le molestaba, estaba viendo las flores del jardín de su hogar, como cada mañana.

Mezclado con el viento, aquel, desde su torre envió una suve brisa adornada con un dulce aroma y rosados pétalos como una muestra de consuelo a la contraria, además de lo complacido que se encontraba con la respuesta que había recibido.

― Lo más interesante de esto es... ¿Cómo será ese nuevo inicio? Es algo que realmente me gustaría ver...

Aquella voz sonaba muy interesada y curiosa, al final de su deseo, éste no pudo evitar soltar una pequeña risa traviesa.

— El final ya lo hubo, el dolor ya pasó, por eso es que ahora no queda más que comenzar con la brisa del nuevo día

El no se sorprendió ni se inmutó, era propio de su raza hablar con el viento o con la naturaleza y que esta respondiera, como si fuera lo más natural, por lo que su respuesta fue igual de coloquial, sin más que una simple respuesta.

― Muchas veces, para que haya un comienzo, tiene que haber un final... y el dolor que han de sentir sólo será en ese momento...

Dijo en respuesta. ¿Quién hablaba? Parecía el viento mismo respondiendo al pensamiento que la joven compartía con la nada. No parecía que su respuesta fuese necesaria, pero la expresó aún así. Era una voz ligeramente juvenil, aunque de tono sabio, más sin embargo, no parecía provenir de alguien en las cercanías.