— Ami goloso… pero yo voy contigo al final del mundo.—

— ¿ah si?, Bueno, vamos de una vez, así vamos linpiando lugares de la lista. —

Suspiró un poco descansando la cabeza un poco más de tiempo, escuchando como la respiración de su pareja volvía a la normalidad.

— Ya te lo dije… falta el centro comercial….

No respondió nada para guardar aire a la vez que respondía a sus besos, cuando por fin su agitada respiración regresó a la normalidad acomodó un mechón de cabello detrás del oído de la chica con una sonrisa.

— ¿Enserio?, me emociona mucho saber que es lo que hay dentro de tu cabeza con pensamientos sucios, espero estar a la altura. —

Recargó su cabeza en el hombro contrario, dejando aún que sus gemidos salieran de ella, hasta que ella, se estremeció sobre él por su el orgasmo contrario, teniendo el suyo mientras él la llenaba por completo.

— Haremos cosas más indecentes… yo lo sé…

Beso los labios contrarios tratando de regularizar su respiración.

Ahora usaba la boca para obtener grandes bocanadas de aire y ser capaz de mantener aquel ritmo mientras la carga era formada, entonces con una última embestida libero toda sus semilla dentro de ella, dejando las manos únicamente reposando sobre la cintura femenina mientras trataba de no caerse con el cansancio.

— Creo... que es lo más indecente que hemos hecho... pero no me arrepiento de nada. —

Gimió en sus labios cuando sintió como la pegó contra la pared, aun sosteniéndose de su espalda, que seguramente sus dedos dejaran marcada por la fuerza que estaba imprimiendo. Sintiendo como sus embates se hacían más y más deprisa lo que para ella marcaba el claro calimax de su pareja.

— Ya lo eres amor

Con el frenesí de sus movimientos consiguió llevarla hasta una pared, empotrandola de inmediato contra esta. Sentía próximo llegar el climax, así que usó todas sus fuerzas restantes para hacer los movimientos más presente que pudiera.

— Ah... Chioko... — decía entre quejidos, aferrándose a la poca conciencia que le quedaba. — Me haré adicto a ti.... —

Le beso de vuelta cada vez, a pesar de que a ella también le costaba trabajo respirar por la agitación, intentaba mover sus caderas con él muy a pesar de la posición y que se encontraba sobre él, siguiendo con el sonido de sus gemidos amortiguados contra sus labios.

— Es imposible no …hacerlo es tan placentero…

Aun cuando le encantaban sus gemidos, los labios cambiaron hacía su boca para callarlos con besos donde la lengua era la principal protagonista, aquellos solo podían ser cortos pero no por ello menos intensos, pues el conjunto de acciones representaban un esfuerzo abismal que le exigían aire, aún así, finos hilos de saliva se iban formando entre ellos al momento de separar los labios.

— Eres tan sexy cuando gimes mi nombre... — decía apenas entre besos. —