— ¡Claro! Yo encantada siempre tengo historias que contar

— Enserio lo apreciaría mucho. Igual puedes contarme siempre tus historias. Las escucharé gustoso.

— Siempre que necesites quien oiga tus poemas puedes decirme yo estaría encantada

— ¡Gracias! Me has motivado un poco.

— Aún así podrías ser un poeta, tus palabras son muy halagadoras y muy tiernas.

— ¡Gracias! No... Pero me halaga. Me gusta convertir mis sentimientos en palabras. Es como mi pincel, por así decirlo.

— No lo había pensando de esa forma, pero es muy cierto, que lindo eres, ¿te han dicho que podrías ser un poeta?

— Sí. El azul crea un contraste profundo que llena mi corazón de frescura. Es el reflejo del sol en el mar y es el brillo de una estrella sobre la eternidad.

— ¿De verdad? Yo pienso que es muy llamativo

El azul es el mejor color del mundo.