A pesar de ser una adulta de bastantes años siempre que estaba con su mamá se sentía como una niña, las manos de ambas son algo frías pero se siente cálido el tacto de la contraria, eso la hace sonreír, le escuchó atenta sonriendo.

— Si mami, jamás nos impusiste nada en la vida y menos cuando se trata del amor, nos dejaste elegir.

Escuchar a su madre suspirar era algo un poco extraño, la descubrió mirando sus manos a detalle y ladea su cabeza notando que algo no está del todo bien y entonces su mamá suelta aquellas palabras que sin duda le hicieron separarse de su mamá de una manera que puede verla a la cara para saber si no es una broma.

— Mamá...yo...¿Por qué yo? ¿Es por ser la mayor? ¿Que tipo de alianza? Mamá yo...me gusta alguien, lo conocí en el estudio se Soph...mami, estoy enamorada de él, cómo podría casarme con alguien más, mami...

Casi sonaba suplicante, no quería casarse con nadie que no fuera Luca.