— Con la mirada le dicta acción a andar por la ciudad hasta su morada en primer anillo de Nova Asgard dónde es recibida con los altos honores siendo guiada, junto a su compañia a la sala principal a lo alto de la torre que observa toda la ciudad. Al abrir las puertas de par en par dejando ver el decorado en oro, plata y piedras preciosas en conjunto con el arte victoriano - gótico que adornan las paredes y el cielo del techo en compañía de soldados en armadura que resguardan el lugar. En el lugar de la terraza avisa a sus sirvientes que preparen el lugar para tomar el té pero no tan oficial como suele ser sus visitas políticas, no esta vez sería algo más formal como sería solo una mesa con vista a la ciudad, que oor ahora, duerme tranquila esperando solo un suspiro para romper la paz del silencio y comenzar el caos.- Hemos llegado y dentro de poco todo estará listo todo por favor siéntete cómoda aquí y si necesitas algo, no dudes en pedirlo.
El acento británico que podía oír entre aquellas palabras, era denso y traía memorias, memorias de vidas pasadas, de historias que se habían arraigado en su cuerpo, incluso que habían muerto hace tiempo. — La compañía es suya, Mademoiselle. Pero me temo que como miembro del don oscuro yo solo podré ser eso compañía. — Era cierto su sistema no recordaba si quiera el sabor del té, si es que lo tomó alguna vez, o el sabor del pastel, o la suavidad de un algodón de azúcar, ahora solo un sabor estaba arraigado en su sistema. — Así pues usted puede dictar donde será nuestro encuentro.—
— Pensando sonriendo de lado con un dejo de atracción, pues al notar su acento francés con su voz aterciopelada cuan vino carmesí en la noche más oscura; tomando su mano asiente ante ella que a su vez, su acento es británico, profunda y suave.- Oh! No te preocupes por eso puedo brindarte los recursos solo me hace falta una buena compañía. — Suelta su mano dirigiéndose a un mejor lugar de encuentro donde puedan ser y estar sin molestia del ajetreado ruido de la ciudad.- Claudia mucho gusto acompáñame por favor y podremos tomar el té en paz.
— Es porque lo he visto en los corazones de todos los que somos, pero fuimos, normalmente en los vampiros se ve en aquellos que ya pasaron el milenio, siempre todo aquel que fue humano quiere volver a serlo. — Asintió cortésmente haciendo una reverencia corta pero elegante, después tomó la mano ajena con la propia para saludar. — Claudia de Lioncourt es un placer y por supuesto cuando guste, le diría que le invito a tomar una taza de té pero desgraciadamente no cuento con el recurso.—
— Sonríe complacida con varios gestos de gusto.- Me agrada y es mejor de lo que esperaba, se ve que sabes de todo un poco me gustaría poder conversar más contigo, si me lo permites. — Caminando hacia ella entrega la diestra a modo de saludo.- Æsira Valkyrie a tu servicio.
Hizo una pequeña gesticulación casi inteligible, pero al final se quedó como una mueca infantil. — Valkyrias atrapadas entre que son dioses y no, que viven para la protección pero al final siempre quieren volver a los vastos jardines del Valhalla, vaya siempre son más humanas que dioses.—
