—Todos los hyung lo dicen, es una clase de secreto a voces.— da un superficial toque en su nariz como muestra de cariño ante el menor.

Enternecido aprieta con suavidad las mejillas ajenas, aunque no con tanta como para no demostrar la efusividad que sentía a consecuencia de su ternura. —Eres un encanto, mereces esa popularidad.

—Minho hyung acaba de decirme guapo. —suelta una risita, era bien conocido que a Taehyung le gustaban los elogios y, por supuesto, ser consentido por sus amigos.

—Bueno... —no había forma en que pudiese negar aquel comentario, a lo que bajó la mirada, tirando con suavidad de una extremidad de la camisa del mayor para proseguir en un tono más bajo. —Así parece ser.

—¿De qué hablas? Taehyungie ya es tan guapo como sus hyung, te lo aseguro.— ríe con sutileza para posteriormente llevar su diestra a dejar pequeñas caricias en sus hebras.

—¡Eso debería decir yo! Últimamente estás en todos lados, eres muy popular entre la gente.— al acabar la frase guiñó uno de sus ojos con diversión.

—Cierto, ha pasado mucho tiempo. Ya estoy más cerca de ser tan guapo como mis hyung. —bromea mientras le hace ojitos, al menos antes de ponerse tímido y desviar la mirada por un momento.

—¡Ah! Es fácil distinguirte, hyung, resaltas demasiado. —asintió.

—¡Oh, Taehyung-ah!- le atrapa cuidadosamente entre sus brazos estrujándole de manera leve y cariñosa.

— Mira cuanto has crecido desde que te vi por última vez. ¿Cómo me encontraste?

—Pero-... ¿Qué ven mis ojitos?


—¡Minho hyuuung! Eres tú. —se le lanza encima en un fuerte abrazo.