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AnneRoss · 22-25, F
La caricia en su barbilla se deslizó hasta descansar las manos entre su cuello y hombros, manteniéndole cerca. Los ojos marrones de la pelirroja seguían la mirada ajena, buscando un rastro que culpa o angustia en ellos.
–¿Sabes qué? Trato. –afirmó, con un asentimiento de cabeza, arrugando las cejas. Volvió a besarle, ya que el tiempo era escaso y no quería irse a casa arrepintiéndose de no haberle besado lo suficiente.
–Pero ya, cariño, quita esa cara. ¿Cómo... Cómo está tu madre? –Y aunque la pregunta surgió natural, se sintió dulceamarga en sus labios. ¿Cuándo se había interesado por la familia del otro? Ni siquiera había conocido los padres de su ex. Era territorio nuevo para ella.
–¿Sabes qué? Trato. –afirmó, con un asentimiento de cabeza, arrugando las cejas. Volvió a besarle, ya que el tiempo era escaso y no quería irse a casa arrepintiéndose de no haberle besado lo suficiente.
–Pero ya, cariño, quita esa cara. ¿Cómo... Cómo está tu madre? –Y aunque la pregunta surgió natural, se sintió dulceamarga en sus labios. ¿Cuándo se había interesado por la familia del otro? Ni siquiera había conocido los padres de su ex. Era territorio nuevo para ella.
CF1573722 · 26-30, M
Retuvo el silencio por esos instantes y poco más ¿qué decir ante el resultado de un arrebato? Era ignorante aún en aquello que había sucedido, nadaba en un mar incierto donde emoción, sentimiento y acción no siempre iban conectados en un mismo riel. Siquiera recordaba el momento, ni lo notó hasta voltear a verla en aquella noche.
El beso trajo calma, un remanso poco merecido pero que recibía con gratitud, pues la diestra fue a dar con su mentón, tomándola con cuidado– Pero pasó–dijo con el aire escaso, aún así firme hasta carraspear, deslizando el pulgar por el labio que había sido afectado, aún no se mostrase herido ya– Debes darme un buen golpe la próxima vez. –bromeó, o quizás no... En su mente la pasividad de Irene fue la ventaja perfecta para su padre.
El beso trajo calma, un remanso poco merecido pero que recibía con gratitud, pues la diestra fue a dar con su mentón, tomándola con cuidado– Pero pasó–dijo con el aire escaso, aún así firme hasta carraspear, deslizando el pulgar por el labio que había sido afectado, aún no se mostrase herido ya– Debes darme un buen golpe la próxima vez. –bromeó, o quizás no... En su mente la pasividad de Irene fue la ventaja perfecta para su padre.
AnneRoss · 22-25, F
Sus manos descendieron a sus hombros y presionaron con cuidado, sonriendo al encontrarse con su rostro. No pudo negarse el acariciar y sentir su tez, llevando ambas manos a su barbilla y acariciar con sus pulgares las mejillas, siendo interrumpida cuando recibió el beso sobre la herida, que ahora sólo parecía una línea marrón en su frente. —Estoy como nueva.—respondió, besándole los labios para quitarle la preocupación.—Se curó bastante rápido y mira, no hay hinchazón. Es como si nada pasó.
CF1573722 · 26-30, M
– Estoy aquí ahora –la estrechó, claro. Y pasados segundos es que apartó el rostro, sólo para poder ver el ajeno, colmarse de su expresión, de sus ojos, aún el lienzo fuese mancillado por la herida en su frente; aquello trajo desazón y en un escueto intento por aliviarle <y aligerarse la culpa> besó la zona afectada– Dime que estás mejor.
AnneRoss · 22-25, F
—Nunca es suficiente, ni diez minutos ni diez horas. Es que... te echo de menos todos los días. —confesó en voz baja, apretando su abrazo con firmeza, sin querer dejarle ir.
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