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Moonique · 26-30, F
— Estás sangrando más, así que por favor… Déjamelo a mí. —Insistió, de la manera más agradable que podía, contrarrestando el tono áspero con el que él hablaba por momentos; por suerte no se lo tomaba personal, otorgándoselo al hecho que, primero, no la conocía de nada, y segundo, que estaba adolorido. — No me digas así… Sólo soy.. un poco… — Se encogió de hombros a falta de una buena palabra para describirse. Iba a decir “mandona”, pero no correspondía a la actitud que tenía; sólo tenía esa tendencia de querer cuidar a quienes veía en apuros, heridos. Su corazón era demasiado vulnerable a seres lastimados, que necesitaban cuidados.

— Es Moonique, pero todos me llaman Moon. —Desechó la gasa y la sustituyó por otra, curando la herida en su cuello.— ¿cuál es el tuyo? Rommel, ¿no? —mencionó el primer nombre que le vino a la mente de acuerdo a la información que se le había dado. Dos hermanos, pero no sabía hasta ese momento quién era quién.
Moonique · 26-30, F
Bajó la mirada a la caja de primeros auxilios para ir organizando las cosas que había usado, buscando entre ellas algún otro producto que pudiera favorecer la cicatrización de sus heridas, pero ella no tenía idea de nada de eso (sólo que el alcohol desinfecta y apenas). — Sí conozco a Jenna, sí. Hablamos brevemente, la verdad. No pude conversar mucho con ella… Intenté sacar conversación, pero… bueno, no funcionó muy bien. —confesó, con una media sonrisa, recordando la torpeza que sintió cuando la mujer la vio con frialdad cuando intentó conversar con el “qué bueno está el clima”.

— A Jhon no lo conozco, y por favor, no hagas eso… —Se apresuró a quitarle la gaza de la mano, con visible incomodidad y preocupación en el rostro al ver como el trato hacia su propia herida parecía no ayudar demasiado.
CF1573722 · 26-30, M
>> herramienta de trabajo– Quita esa cara, pareces mi madre. –su voz cambió, de por sí grave, ahora se proyectó más densa al soportar el ardor, tensando las cejas– ... ¿Cómo te llamas? –la atención se le fue a la herida, limpiandola lo mejor que podía, pues la sangre sólo seguía brotando un poco conforme la retiraba con la gasa, nada tan grave según su costumbre.
CF1573722 · 26-30, M
y el dolor aún latente. Aún así se relajó al fin, dando uno que otro respingo involuntario cuando ella tocaba las zonas más afectadas y sensibles– Conocerás a mucha gente aquí, seguro que ya conoces a Jenna. –sorteó la duda, arrugando la nariz un tanto. Jenna era la secretaria <casi mandamás de las oficinas> de Walter, su padre, la mujer que se hacía cargo se contrataciones, citas, seguimientos y cuánto más, una mujer ya madura de carácter recio en lo laboral, pero dulce en lo personal– Después conocerás a Jhon, es un viejo rabo verde, cuidado. –advirtió en un hilo de risa que le costó dolor en el rostro, abriendo los ojos paulatinamente al escuchar su propuesta, negando con simpleza– Se curarán solas, no es la primera vez. –admitió como cualquier cosa. No era inusual en alguien que se sorteó desde que era un crío en un ambiente hostil, le era por demás "normal", así que tomó una gasa y la mojó con alcohol, llevándola a su clavícula donde la herida había sido causada con una herramient
CF1573722 · 26-30, M
–Tuvo tiempo para seguir observando sin percatarse de su propia mirada, densa, insistente al verla fijo. Sólo cayó en cuenta cuando la notó rehuir su mirada, y lejos de incomodarle, atinó a sonreír en silencio, apenas un vestigio que se tradujo en un ligero estirón de su comisura– Fue casi como caer de un acantilado. –dijo a la par, vaya que lo fue, pues los golpes a puño cerrado en el rostro habían sido bastante fuertes.
Sólo entonces desvió la mirada para no incomodarla de más, procediendo a cerrar los ojos poco después, escuchándola, inmerso en el tono de su voz calmo y sereno, un remanso luego del castigo vivido >>
Moonique · 26-30, F
— Gracias, aunque no me quejo... Participar en proyectos como estos me dan la oportunidad de conocer gente nueva, tener nuevas experiencias, sobre todo... —Cercana, la voz de Moon era suave como seda, su tono era sosegado y tranquilo.

Finalizó la limpieza de la sangre que se había coagulado alrededor de la herida y procedió a cubrirla con algo de gasa y adhesivo. Hizo lo mismo con la herida de su nariz. Retrocedió un poco para examinarlo a la distancia, viendo dónde más necesitaba cuidado, pero qué terrible ver que aún en su clavícula y cuello habían heridas bastante feas, sin mencionar los otros raspones pequeños.

— ¿Quieres que te lleve a algún centro médico? Probablemente necesites puntos. —Le miró ahora sí a los ojos, con seriedad.
Moonique · 26-30, F
Teniendo en cuenta que la lentitud no iba a apaciguar su dolor, sino que retrasaba el proceso, procedió a limpiar sus heridas con más precisión, sin dejar atrás el cuidado con el que media no hacerle más daño del que ya tenía. — ¿Una pelea, uh? Pensé que sí habías saltado de un acantilado. —volvió a bromear, sarcástica, entrando en confianza con él, quitándole la importancia al hecho en sí en pos de evitar interrogarlo.

Y a pesar de su soltura para bromear con él, inconcientemente evitaba en lo posible fijar la mirada en la suya, ya que de alguna manera sus ojos parecían tan serenos y tristes, y sin embargo, intensos, vastos; le causaba cierta incomodidad el mirarlos mucho tiempo.
CF1573722 · 26-30, M
enseguida, mas se resignó a que el reciente evento en camerinos sería comentado a voces entre artistas del show y asistentes, así que abrió los ojos eventualmente, mirándola frente a frente– Tuve una pelea. –vaya ambiente en el que la chica había caído, solo eso pensó en sus adentros, como tantas veces. Ahí, hizo un gesto más profundo de dolor, justo cuando ella tocó el pómulo hinchado– Bienvenida a éste ameno trabajo. –bromeó tan sólo, observándola, le seguía en cada expresión, hallandole gusto a la profundidad de sus ojos y el flequillo delineando su rostro. Aquel día la pelea había sido con su propio hermano, hecho ya conocido para muchos de los asistentes, pues sus fricciones con éste solían ser frecuentes.
CF1573722 · 26-30, M
Tuvo que relajar el cuerpo, aún fuera una misión complicada debido al dolor. Cada minuto abría la puerta al dolor, pues el calor de los golpes iba menguado junto a la adrenalina de la pelea que tuvo, no le era nuevo, lo único novedoso era el tener a alguien atendiendo sus heridas, pues solía curarlas en silencio y soledad, como haría un perro recién apaleado– Sólo son raspones. –dijo en respuesta a ese pequeño atisbo de gracia en ella, desmeritando las heridas– Me... –pausó en el umbral de la sinceridad y la mentira, sin saber por cual decantarse >>
Moonique · 26-30, F
brazo por el susto repentino que le causó el agarrón, aunque se le pasó al notar que el gesto había sido instintivo, y que de verdad estaba pasándola mal. Le quitó importancia con una risa un tanto nerviosa, dejando de lado el algodón, ahora teñido de rojo, para buscar otro, dándole unos segundos de descanso antes de regresar a la herida en su mejilla. — ¿Cómo te has hecho esto? Parece que te arrojaste de cabeza a una colina rocosa. — cuestionó, en una mezcla de curiosidad y divertido reproche. Nuevamente usó su otra mano para sostenerle con delicadeza.

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