Veamos como te las arreglas en el oceano capitana beidou veamos que tanto tiene que ofrecer liyue *con cuidado tocaba el suelo del barco el cual empezaba a agrietarse poco a poco el Dios llevaba la idea clara hundir el barco en altamar*

Tiene unas inmensas ganas de lanzar a esa persona por la borda ahora mismo. Es un descaro que además de aparecido, la estén tratando de niña. Se frotó las sienes como si comenzara a dolerle la cabeza. —¿Es que todos los dioses son cómo usted? Son unos groseros e irrespetuosos por las propiedades ajenas.— Se quejó. —Y no estoy para probarle a nadie mis habilidades.— Suspiró algo cansada.

Niña soy un Dios puedo hacer lo que quiera donde quiera o tu me lo vas a impedir pagaria por ver eso eh oido de tu habilidad con claymore y tu fuerza sobrehumana

En lugar de sentirse intimidada solo se estaba sintiendo más fastidiada por la presencia de aquel Dios y aquella actitud, no le gusta que alguien intente expresar dominancia en su propio navío. —En ningún momento he dicho que usted bromea, solamente he dicho que sea usted quién sea, Dios o no, no puede venir con esa actitud intimidante en mi Alcor.—

Acaso crees que estoy bromeando soy el verdadero Dios del Mar y ningun aconte o como se llame acaso me ves riendo o sonriendo como seña de broma capitana Beidou de elemento Electro o como se llame portadora de Claymores

Pero que le sucedía a ésta persona. Usualmente era una capitana muy tranquila, pero no le gustaba que se anduvieran apareciendo con esas confianzas en el Alcor. Menos con trucos de magia. Apartó la cara de éste de su oído, empujándole un poco con la mano, en clara señal de que mantenga su distancia. —Bueno, Poseidón, Dios del océano. Sea el Arconte hydro o quien sea, no es agradable llegar sin previa invitación a barcos ajenos.— Se quejó.

Interesante mujer me gusta tu honestidad dejame presentarme como es debido *reaparece detras de ella susurrandole al oido* Soy Poseidón el Dios del océano un placer

—¿Huh? ¿Disculpe, su océano?— Enarcó una ceja y se cruzó de brazos mirando a aquella persona materializada de la nada. —Usted puede mandar lo que guste, pero mi tripulación y yo aunque seamos pocos, no garantizamos el bienestar de su mascota.— Comentó segura de sí, a ella no la van a escarmentar en su propio barco.

Vaya veo que te adentras a mi océano con total libertad recuerdame mandarte un kraken a asustarlos un poco buen dato saber que no tienes mucha tripulación