-Créeme que me dolería tenerte como enemigo...

*Suspirando, mostrando una sonrisa posteriormente*...

Eso espero, porque no me gustaría tenerte de enemigo. -Menciona en un ligero tono bromista aunque hablaba con la verdad.-

-Tranquilo, Máximo...

*Le sonrió de forma cálida, mientras se mantenía en su lugar*...

-No te haría daño nunca...

-Cerró sus ojos inmediatamente ante la cercanía y tras sentir el beso abrió primero uno y después el otro, pero los volvió a cerrar cuando le revolvieron los cabellos.- Lo sé, pero no me gusta verte enojado.

*Se acercó al joven de cabellos rojizos y depositó un beso en su frente*...

-No te preocupes, no es contigo...

*Revolviendo sus cabellos*

-Parpadeó un par de veces al verle de esa forma tan seria, por lo tanto tomó distancia, guardando sus manos por detrás.- Está bien...

-Un enemigo...

*Mirándole a los ojos, fijamente*...

-Le masajea las mejillas con cariño.- ¿Quien te hizo enojar?

*Le mira serio, para luego mostrar una sonrisa de medio labio*

-...Eso pasa cuando me hacen molestar...

-Le aplasta las mejillas.- ¡Cuanta seriedad, Byakuchii!