Sentir sus caricias gentiles sobre su cabello le provocaron una fuerte tranquilidad instantánea, sus dedos en conjunto con sus dulces palabras eran una combinación que de inmediato calmaron hasta su enojo más intenso -Te quiero... Por eso no me gusta pasar el poco tiempo que tengo a tu lado quejándome de unos idiotas...-
Beso nuevamente su hombro desnudo con delicadeza, subiendo despacio por su cuello hasta culminar dulcemente en su oreja, únicamente para susurrarle -Tu eres lo más valioso e importante que tengo... Soy egoísta y no quiero que ellos interrumpan ningún momento a tu lado-
Le miró con cariño mientras afianzaba el agarre de su mano en la ajena, sin embargo su gesto pronto se pinto con preocupación y sus dedos libres viajaron hasta la nevada cabellera del mayor, brindándole lentas caricias -Estas cargando con mucho, todos son idiotas pero tú no puedes hacerte responsable de eso, necesitas soltar algunas cosas-
A ella por supuesto que no le molestaba escucharlo, todo lo contrario, si podía ser de ayuda para que descargara al menos un poco de su frustración estaba más que dispuesta a ofrecerse -Mi Bastián, no tienes que cargar con todo tu solo, me tienes aquí para ti, lo sabes ¿Verdad?-
-Claro que no... Créeme tu eres la única que puede hacerme sonreír tantas veces al día- Acaricio con su mano lo largo de su brazo, culminando en tomar la ajena y entrelazar sus dedos. -Fuu... Quisiera decir que no pero te mentiría... El trabajo es algo que últimamente me agobia más y más... Entre compañeros y uno que otros jefes mal organizados... ¡Dementes!- Dijo con recelo y un poco de enojo, no quería desquitarse con ella de lo que le pasaba pero al mismo tiempo sentía que lo necesitaba.
-Si, claro que me voy a enojar...- -Dijo haciendo un puchero fingido, pero finalmente se rió con dulzura al recibir el beso sobre su piel -Es broma, obviamente no, si me dices que esa expresión preocupada y pensativa es la que pones cuando piensas en mi entonces me voy a empezar a preocupar-
Con sus manos acarició el rostro de su pareja, pasando sus pulgares sobre sus pómulos -¿Qué sucede? ¿Es el trabajo lo que te tiene así?-
Miro como despacio le quito el objeto de sus manos, sonriendo para sus adentros al verla llegar, dejando que se sentará en su regazo y acomodándola mejor en sus piernas -Si te dijera que no... ¿Te enojarías?- Inclino su cabeza sobre su hombro para después besar despacio su piel -Por supuesto que la mayor parte del tiempo pienso en ti... Solo hoy tengo un enjambre en mi cabeza-
Lentamente se acercó a él, quitando ese bastón que tenía lo dejó a un lado del sillón y sin más buscó ocupar el lugar en sus piernas, sentándose sobre las mismas, sus brazos rodearon su cuello -¿En que piensas? ¿En mi?-
