—¿Así que tienes un lado inmoral? Me gustaría conocerlo— Inquirió con ese tono sugerente que casi siempre tintaba sus palabras y sin mesura alguna se sentó sobre el escritorio del mayor, robándole uno de sus puros —Porque si, no puedo dormir y me aburría en mi cuarto, como ví luz en el estudio vine a ver quién estaba por aquí—