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NsR1579040 · F
La pelirroja se detuvo en seco a una distancia ya no muy prudente de la bestia. Y lo que estaba a punto de decir podían significar sus últimas palabras: en suicidio.
– ¡Sé que estás ahí! –necesitaba que Bruce Banner la escuchara, que esta vez fuera más fuerte que Hulk. Estaba dispuesta a morir aplastada o desmembrada, si lograba detenerlo. No iba a mentir: tenía miedo, no se sentía segura. Pero era la única esperanza de "hacerlo volver".
Lo escuchaba gruñir, esos aullidos le erizaban la piel, le hacían querer vomitar y desvanecerse.
– Por favor, no eres como ellos dicen –un paso hizo temblar todo el perímetro, el segundo la hizo cerrar los ojos, manteniendo su mano estirada hacia él–. El sol... –pero el sol no se pondría en esta ocasión. Hulk había huido. Perdonó su vida, dejándola en medio de la nube de polvo y los gritos de la gente.
"No es hora de llorar", se dijo a sí misma, activando su dispositivo de la muñeca.
– Agente Romanoff aquí. Hulk huyó hacia la bahía.
– ¡Sé que estás ahí! –necesitaba que Bruce Banner la escuchara, que esta vez fuera más fuerte que Hulk. Estaba dispuesta a morir aplastada o desmembrada, si lograba detenerlo. No iba a mentir: tenía miedo, no se sentía segura. Pero era la única esperanza de "hacerlo volver".
Lo escuchaba gruñir, esos aullidos le erizaban la piel, le hacían querer vomitar y desvanecerse.
– Por favor, no eres como ellos dicen –un paso hizo temblar todo el perímetro, el segundo la hizo cerrar los ojos, manteniendo su mano estirada hacia él–. El sol... –pero el sol no se pondría en esta ocasión. Hulk había huido. Perdonó su vida, dejándola en medio de la nube de polvo y los gritos de la gente.
"No es hora de llorar", se dijo a sí misma, activando su dispositivo de la muñeca.
– Agente Romanoff aquí. Hulk huyó hacia la bahía.
BruceBanner · 51-55, M
No quería verla, no a ella, no tan rápido. Había podido escapar de su prisión para encontrarse con la mujer bonita...¡la mujer bonita que lo hacía desaparecer!
Maldito Banner. Maldito débil, indeciso Banner.
Gruñó en cólera y se aferró al odio por el mundo que lo trataba como un monstruo, aquel que le temía y le hacía daño, aquel que debía pagar. Ahogar las palabras de la mujer pelirroja con sus mejores aullidos, dejarla atrás.
Sus pies volvieron a tocar la calle, que se quebraba ante cada paso rápido que da. Todo su odio, toda su fuerza. Sintió el cálido, doloroso y dulce ardor de la energía Gamma recorrer sus piernas. Un. Dos. Tres. Zancada.
Esta vez son kilómetros los que deja atrás. Tan rápido como un misil, y mucho más aterrador.
Maldito Banner. Maldito débil, indeciso Banner.
Gruñó en cólera y se aferró al odio por el mundo que lo trataba como un monstruo, aquel que le temía y le hacía daño, aquel que debía pagar. Ahogar las palabras de la mujer pelirroja con sus mejores aullidos, dejarla atrás.
Sus pies volvieron a tocar la calle, que se quebraba ante cada paso rápido que da. Todo su odio, toda su fuerza. Sintió el cálido, doloroso y dulce ardor de la energía Gamma recorrer sus piernas. Un. Dos. Tres. Zancada.
Esta vez son kilómetros los que deja atrás. Tan rápido como un misil, y mucho más aterrador.
NsR1579040 · F
Para entonces, los demás agentes habían logrado alejar a los demás civiles. Sólo alejarlos, porque nadie estaba a salvo con Hulk presente.
"¡NO!", se contuvo de gritar cuando vio al gigante hacerse con aquél auto, tomándolo y arrojándolo cual juguete. Se sobresaltó, naturalmente, de hecho se encontró a sí misma dando un par de pasos hacia él, estirando la mano, como si con ello pudiese detenerlo.
– ¡No eres tonto! –elevó la voz lo suficiente para recuperar su atención e intentar distraerlo–. ¡Todo está bien! Puedes dejar de hacer eso... –pedazos de cristal y metal salieron volando en todas direcciones. Uno de aquellos le hizo un tajo a la agente en la mejilla. Sintió la sangre escocer su piel, mezclándose con todo el polvo que se levantó al instante. No pudo evitar toser, esperaba que eso no le costara la vida, en lo que retomaba la marcha hacia él–. Todos se han ido... Sólo estamos tú y yo.
"¡NO!", se contuvo de gritar cuando vio al gigante hacerse con aquél auto, tomándolo y arrojándolo cual juguete. Se sobresaltó, naturalmente, de hecho se encontró a sí misma dando un par de pasos hacia él, estirando la mano, como si con ello pudiese detenerlo.
– ¡No eres tonto! –elevó la voz lo suficiente para recuperar su atención e intentar distraerlo–. ¡Todo está bien! Puedes dejar de hacer eso... –pedazos de cristal y metal salieron volando en todas direcciones. Uno de aquellos le hizo un tajo a la agente en la mejilla. Sintió la sangre escocer su piel, mezclándose con todo el polvo que se levantó al instante. No pudo evitar toser, esperaba que eso no le costara la vida, en lo que retomaba la marcha hacia él–. Todos se han ido... Sólo estamos tú y yo.
BruceBanner · 51-55, M
Su atención se perdió con el movimiento de la gente, como uno miraría a las palomas volar de súbito. Apretó los dientes y frunció el ceño, en los primeros segundos que nota la imagen familiar de Natasha.
El gigante apretó el puño izquierdo, las venas que bombeaban su sangre irradiada brillaron por un instante de un verde fluorescente. Aúlla de forma súbita y estira un brazo a tomar un automóvil estacionado y lanzarlo hacia su izquierda, perdiéndose en los aires.
—¡No, no tan tonto!— Sabía lo que estaba intentando hacer, no lo iba a calmar. Dio un giro súbito y dio un par de pasos rápidos, haciendo retumbar la tierra antes de dar una zancada larga para elevarse por los aires, dejando un pequeño cráter en el suelo.
El gigante apretó el puño izquierdo, las venas que bombeaban su sangre irradiada brillaron por un instante de un verde fluorescente. Aúlla de forma súbita y estira un brazo a tomar un automóvil estacionado y lanzarlo hacia su izquierda, perdiéndose en los aires.
—¡No, no tan tonto!— Sabía lo que estaba intentando hacer, no lo iba a calmar. Dio un giro súbito y dio un par de pasos rápidos, haciendo retumbar la tierra antes de dar una zancada larga para elevarse por los aires, dejando un pequeño cráter en el suelo.
NsR1579040 · F
Era increíble cómo el cuerpo humano reaccionaba solo al peligro, a pesar de que su mente estaba y enfocada en su objetivo. Nadie en su sano juicio se enfrentaría al gigante verde. Todos huían... menos ella.
La agente dio un sobresalto, su pulso se aceleró, sus piernas temblaban; advertían que sólo responderían para correr, pero ella se quedó de pie, firme. Como siempre, era un riesgo, su vida podría terminan en un parpadeo.
– No –en su mente sonó más firme que apenas ese débil murmullo que salió de sus labios mientras apartaba la mano de su cinturón, de una de sus armas que, instintivamente iba a coger. En cambio, sus palmas estiró y muy lentamente fue alzando y mostrando. A estas alturas era prácticamente imposible razonar con él, pero estaba dispuesta a entregar su vida intentándolo–. Tranquilo... –decía más para sí que para la bestia–. Soy yo... Nat.
La agente dio un sobresalto, su pulso se aceleró, sus piernas temblaban; advertían que sólo responderían para correr, pero ella se quedó de pie, firme. Como siempre, era un riesgo, su vida podría terminan en un parpadeo.
– No –en su mente sonó más firme que apenas ese débil murmullo que salió de sus labios mientras apartaba la mano de su cinturón, de una de sus armas que, instintivamente iba a coger. En cambio, sus palmas estiró y muy lentamente fue alzando y mostrando. A estas alturas era prácticamente imposible razonar con él, pero estaba dispuesta a entregar su vida intentándolo–. Tranquilo... –decía más para sí que para la bestia–. Soy yo... Nat.
BruceBanner · 51-55, M
¡¡LARGO DE AQUÍ!!
NsR1579040 · F
– No... mantente cerca.
JackBad · M
Zorro no te lo lleves... Zorro no te lo lleves¡¡¡¡
A no ese tema no es aqui jajajaja
A no ese tema no es aqui jajajaja
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