Reteocedió ni bien percatarse que Dolores también está allí. Incluso puso las manos de frente, así como de pronto entendió lo que deben sentir los monos en los zoológicos. Sobre todo por la comezón que le comenzó a dar en el costado. Claro, mimetizado está con su crew roedor, tanto que sin tener que pedirlo una rata gorda y café fue a rascarle.
— Les advierto que no cargo con dinero desde los 2000, así que si quieren un préstamo, yo... No, bueno, no puedo. — (?)
/ Ah, ¡no puede ser! / Pensó, encrispándose hasta la última ratilla que carga en el lomo. Sí, Rataberta había tenido otra camada, necesitaba conseguirles una TV con cable.
Pero ese no es el punto ; es que ¡no esperaba ser visto! Por poco finge que no escuchó a su sobrina, pero después de quedarse quieto esperando que quizás se vaya, terminó por resignarse y voltear, exagerando una sonrisa que casi que le acentúa la facha de maniático. Pero uno bonachón.
— ¿...? Qué taaal. Qué buen clima el de hoy, Chabelita, ¿eh? J-Ja, ja. —
[code]Dolores que había escuchado durante años a Bruno y a las ratas escondidos en la casita Madrigal ya no pudo seguir manteniéndose indiferente a la situación, esa ocasión que a su tío se le ocurrió dejar la foto decidió acercarse sigilosamente con sus primas Isabela y Luisa, ella sabía lo mucho que él los extrañaba y cuánto quería a sus sobrinos, así que antes de que volviera al hueco optaron por interceptarlo.[/code]