Masturbaba el falo de su amado, su boca siguió deslizándose sobre aquella piel hasta llegar al costado, no dudo en hincar sus colmillos bebiendo un poco de el para después dedicarle una sonrisa.
— Tan delicioso para mi — Susurro para ambos alzando sus caderas para este dejando que ambos sexos se rozen entre sí, no dudo en bajar sus caderas con lentitud sintiendo como aquel miembro se abría paso en ella, dejando escapar unos cuantos gémidos.
— Te demostraré lo malditamente promiscua que puedo ser — Sus labios no tardaron en deslizarse por el miembro contrario, sintiendo como el falo de este parecía arder por su causa, Blue ansiaba más y estaba segura que este podía sentirlo de algún modo, engulle aquel miembro apenas llegó al glande comenzando a succionar el mismo, dejando que su boca se apegue aquella pelvis sin pizca de vergüenza, su mirada se mantiene fija en la del contrario dejando que sus manos descansen en aquellos muslos, comenzó con un vaivén suave y tortuoso el mismo que iba volviéndose más rápido, podía escucharse a la perfección el sonido de la saliva, un sonido obsceno, pero encantador a los oídos de la vampira.
— Mmhh...— Jadeo apenas, sintiendo como sus senos se rozaban contra las piernas del contrario, no le daba vergüenza presionar las mismas contra su piel, sintiendo como sus pezones se endureciendo ante el placer, dio una leve mordida en la punta para después besar aquel abdomen mientras su mano 《...》
Guardo silencio aun después de que las palabras de su mujer concluyeran, por dentro en su cabeza meditaba la situación, el cómo iba a influir esa maldición en él considerando que su lívido era mucho más fuerte que el de cualquier otro ser existente que era de pisar la tierra, ¿Seria que al fin tendria control de ello? Al menos no tendría la necesidad de buscar a mas mujeres para satisfacer sus placeres y fetiches.
El que fuera un hombre con intensos deseos sexuales no daba por sentado que le gustaba eso, al menos nunca fue así, con el tiempo tuvo que ceder a su propia maldición e impulsos bestiales.
Cuando sintió presión en su entrepierna, este volvió a la realidad viendo a su mujer en cuatro mientras realizaba esa obscena acción, una linea se curvo formando una sonrisa perversa. —¿Asi que tienes hambre? Permiteme. . .— Chasqueo dos de sus dedos y su ropa se desintegro al instante, quedando completamente desnudo. —Muestrame como de bajo de esa apariencia primorosa eres una puta
— Lo bueno de que nunca salgas de nuestra cama es que siempre volverás a mí, la desesperación, el deseo, las ansías comiéndote por dentro, aunque estes con otros.... Podrás sentirme a la distancia... Y eso me agrada — Comentó con una sonrisa, no dudo en gatear hasta él y así deslizar sus labios sobre el miembro que yacía oculto bajo de aquellas prendas.
—¿No es evidente? Sólo debes mirar mi entrepierna para saber el infernal calor que me produce verte y, además debo soportar la lujuria desbordante que sientes. Si esto sera así a partir de ahora. . . no saldremos nunca de la cama—
Y debajo de su pantalón ocultaba una gran erección.
