— Suspira suave ante el beso que este le brinda, no duda en brindar una suave caricia en aquella mejilla, luego en sus cabellos en espera de no apartarse de este, no duda en dar una mordidita en su labio inferior.

Por su parte, elevó la diestra hasta atrapar el delicado mentón de su amada, para luego girarla hacia él y besarle los labios con suavidad, disfrutando en demasía del exquisito sabor que posee la boca ajena. — mhm...

— Tienes razón, no me disgusta para nada — Dijo sonriente, no dudo en dejar una caricia con su dedo pulgar en los labios de este con el solo deseo de poder besar aquellos labios un par de veces antes de tomar distancia.

De hecho, atrapó la piel ajena con los dientes y llegó a succionarla levemente, dejándole una notoria marca, lo cual resaltaría que ella le pertenece completamente. Acto seguido, se separó y le susurró sonriéndole. — Sabes que siempre me gusta hablarte así, aunque por lo que veo, no creo que te disguste.—

— Cuando dijo aquellas palabras solo pudo sonreír, no dudo en besar los labios de este un par de veces — Tú... pareces no poder controlar aquella boca.... Siempre diciendo cosas en doble sentido...

Sus brazos la rodearon entrono a la cintura, a medida que esbozó una amplia sonrisa. — Sabes que siempre estoy acostumbrado a tenerte encima. — Dicho esto, se acercó hacia ella y besó la suave piel cuello de su amada.

— Al verse repentinamente sentada sobre sus piernas no pudo evitar sonreír un poco, no dudo en rodear el cuello de este con su brazo dejando que su frente se apegara a la de este — ¿Estas seguro que no peso?

Se sentó en el sofá junto a ella, pero no tardó en tomarla por la cintura y cargarla para que se siente sobre su regazo. — Así estarás más cómoda, seguramente.

— No pudo evitar sonrojarse al escuchar aquellas palabras, no dudo en deslizar su mano en aquel sofá invitándole a tomar asiento junto a ella — Ven aquí

— Luces preciosa con ese vestido, he estado muy ansioso por verte.