Ese pequeño gesto provocó de forma instantánea una sonrisa en la rubia. Le daba calma al fuego que se extendia en su interior, hacia que se disiparon esas emociones terribles que le hacían pensar que todo saldría mal. Asintió. —Si tan solo pudiera adelantar el tiempo... No queda más que darnos prisa.— Se inclinó para devolver aquella caricia en un beso algo atrevido sobre sus labios, a fin de cuentas nadie estaba mirándolas. Y tomó su scroll para concentrarse en el camino marcado por el GPS. —Estamos cerca... Cúbreme.— Indicó mientras avanzaban hacia unas bodegas que parecían estar abandonadas, aceleró el paso, terminando por correr hacia su destino, asegurándose de que la pelinegra le siguiera el paso al mirarla por el rabillo del ojo.