Se dejó guiar por ella mientras la miraba de reojo, su brazo rodeó su cintura para caminar a la par y sonreía por la ocurrencia que venía a su mente en ese momento. —Me parece justo, acepto el reto. — añadió moviendo ligeramente sus orejas, le agradaba la idea y de una u otra manera estaría con ella, compartirían más tiempo juntas. — Es un trato entonces. — aunque en el fondo sabía que no tenía oportunidad contra Yang en ese aspecto, le daría guerra. —No será tan fácil ~

—Déjame pensarlo...— Llevó el índice a su mentón, mientras la soltaba para extender el brazo mecánico y rodear sus hombros, guiándola en un abrazo mientras caminaban hacia su motocicleta. Seguramente Weiss las regañaría por faltar al entrenamiento pero qué diablos, tenía que recuperar el tiempo perdido con su persona favorita. —¡Ya se! Si gano, tendrás que acompañarme a beber y a bailar. Y si tu ganas, veremos un maratón completo de esas películas de ninjas enamorados que te gustan.~

De nuevo se preguntaba...¿Cómo es que siempre acababa siendo arrastrada por sus locuras?, cuando se trataba de comida no había manera en la que pudiera ganarle pero difícilmente podía negarse a un reto. Aunque eso no era lo importante ahora, lo que la hizo enrojecer más fue la cercanía, su cuerpo se tensó al no saber que hacer y únicamente atinó a reír un poco nerviosa. —¡Bien! — saliendo de ese encantó agregó. —¿Cuál es tu apuesta, Yang Xiao Long? - añadió poniéndose sería en el tema.

—Mh... ¡Vamos a ponerlo más interesante!— Se acercó a ella un poco más, notando como sus mejillas habían cambiado de color. ¿Podía verse aún más bonita?... Aparentemente sí. Le encantaba provocar reacciones en aquél rostro estoico que no parecía inmutarse ante nada. —Apostemos algo, y la que se termine el bowl primero, gana.~

Echó a reír cuando la rubia con total descaro mintió, negó con su cabeza y con su mano libre dió un toque a su nariz. Cuando su mano se entrelazó con la propia su corazón dió un salto y sus mejillas se pintaron de un sutil carmín. — ¡No hay manera! Pero un reto es un reto...— levantó una ceja mirando retadora a la más alta, no podía creer que siempre acababa siendo arrastrada a sus locuras.

—¡Un par! Eso porque te he dejado ganar.— Mintió descaradamente, mientras sujetaba la mano de la Faunus, un tacto cálido y suave para una mujer tan fuerte, que había pasado por tantas penas y aún así seguía en pie. Ojala fuera un poco como ella...

Asintió, entrelazando sus dedos con los de la pelinegra. —Noodles será. A que no te puedes terminar el plato grande esta vez.

—¡Oh vamos! Siempre dices eso y te he vencido un par de veces...en el calentamiento. — ríe cubriendo su boca con el dorso de su diestra y desviando la mirada, tímida acomodó un mechón de su propio cabello y miro de reojo a Yang. — Entrenemos y después vayamos por algo rico, algunos noddles podrían ser. —

—Algo así.— No pudo evitar reír un poco. Su compañía le hacía sentir feliz, últimamente estaban más juntas que nunca y de ese modo era más sencillo lidiar con todo lo que tenía guardado. Después de todo, después de haber creído que la había perdido, ella había regresado a su lado... —¿Entrenaremos hoy? Prometo no ir fácil contigo.— Una expresión confiada se reflejó en sus ojos violeta, alardeando aunque Blake la había vencido más de una vez. Cada día se veía más fuerte y más segura. Y Yang simplemente no podía dejar de admirarla.

Le gustaba cuando Yang hablaba de las cosas buenas, admiraba a su padre quien no dejo de estar para ella ni un solo día cuando sucedió esa tragedia con su brazo. Sonrió al sentir que acomodaba un mechón de su cabello y se encogió tímida en su lugar con la cercanía. Estar cerca de ella ocasionaba algo...—¿Que tu padre no tiene como mil años? — levantó una ceja sin dejar de mirar esos amatistas de la más alta, ambas miradas fijas, con tanto que decir sin ser capaces de hacerlo.

—No todas sus canciones son deprimentes.— Sonrió, mirando los ojos ámbar de la Faunus, eran en realidad bonitos... Yang pensaba que podría perderse en ellos toda la vida. Pero ¿Era correcto sentir todo ese fuego por ella?... Alzó la mano libre para acomodar un mechón desordenado de su cabello negro. —Deberías escucharlo cantar esa canción, suena como artista de rock de hace mil años.