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Te invito a vivir conmigo.
 
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KurtHummelDucraine · 31-35, M
(Me río un poco al ver ese gesto. Me sentía muy emocionado porque por fin íbamos a tener nuestra propia casa, un lugar que llenaríamos con amor, con nuestro amor)

Yo también pienso lo mismo. Podría vivir debajo de un puente siempre y cuando fuera contigo.
Sí, en Lima West hay un par de casas que vi por internet que cumplen tus requerimientos.
Recibió el maletín, acomodándolo sobre su regazo. Sí, aún recordaba las compras que habían hecho, no pudo evitar sonreír al respecto.

—Supongo que tienes razón...—Respondió, acariciando la nuca de su pareja, acomodándose después sobre el respaldo—. Aunque, me gustaría que fuese un lugar espacioso, con techos altos y una bonita vista. Eso estaría bien—. Señaló encogiéndose levemente de hombros—. Pero, todo pasa a segundo plano cuando te miro, porque, lo único que deseo es estar a tu lado. No importa dónde.

¿Lima West? Recordaba pequeñas casitas a cada lado del bulevar y uno que otro edificio con no más de tres pisos.

—Tú eres el jefe—. Sus labios se curvaron, y llevó la mano derecha con los dedos juntos hacia su sien, imitando un saludo militar.
KurtHummelDucraine · 31-35, M
Gracias cariño.

(Beso tus labios que se sentían muy suaves. Te abrazo y suspiro llenando mis pulmones del dulce aroma a frambuesas que te caracterizaba y que tanto me gustaba. )

Pues sí mi amor, vamos a buscar nuestra casa.

(Te doy mi bolso.)

Dentro están los colgantes que compramos el otro día. Pienso que podemos ponerlos y sí nos gusta como licen y la casa tiene esa sensación de hogar, sabremos que ese es nuestro hogar.

(Vuelvo a acomodarme en mi asiento y pongo el auto en marcha)

EEmpecemos por Lima West.
En cuanto el automóvil se acercó, él se apresuró a subir, tomando el asiento del copiloto. Al parecer, su propia sonrisa evidenciaba cuán feliz estaba en ese momento.

—Amor de mi vida...—Dijo en cuanto elevó la mirada para encontrarse con la ajena—. Tú también te ves muy bien, no, no, ¡radiante!—Se estiró lo suficiente para besarle los labios brevemente—. "Vamos a buscar apartamento"—Corrigió.

Extrajo una pequeña libreta de su bolsillo y repasó algunas páginas.

—¿Adónde iremos primero?
KurtHummelDucraine · 31-35, M
Reconocería esa mano aunque estuviera a km de distancia. Aparqué el auto junto a la acera para que sólo tuviera que abrir la puerta y subir. Tenía una sonrisa en la cara con la que ya llevaba días y bueno, la causa de ello era que por fin uno de sus más grandes sueños se hacía realidad.

Quito la bolsa del asiento para que pudieras acomodarte.

Hola cariño. Te ves muy bien, tu estilo dice "voy a buscar apartamento"
Aguardó por él en una contraesquina al parque más cercano de la zona central de Lima. «Ya no debe demorar», se decía a sí mismo mientras observaba a lo lejos un enorme reloj de manecillas.

Jugueteó con los pulgares, sus manos parecían estar un poco húmedas a causa de una incipiente ansiedad. Si lo reflexionaba, vivir en pareja era dar un gran paso, sin embargo, no se imaginaba haciéndolo con otra persona que no fuese Kurt, y esa idea lo tranquilizaba.

De pronto, a lo lejos, logró identificar un vehículo conocido. De inmediato, elevó su diestra, agitándola un poco para que lograra verlo.

Ya estaba. Subiría a su lado y por fin iniciarían su recorrido.
KurtHummelDucraine · 31-35, M
Decían que una pareja ya era estable cuando empezaban a vivir juntos y bueno, a mí parecer ya era hora de que diéramos ese paso. Después de todo, yo pensaba que ya estábamos listos.
La idea de una vida en común contigo me hacía feliz, saber que después de un largo día llegaría a NUESTRA casa me hacía sentir como si hubieran adelantado mi cumpleaños. Dormir y despertar juntos...¿quién lo diría?

Mientras conducía hacía el lugar en el que te recogería para ir a nuestra cita pensaba en todas las cosas que ahora podríamos hacer juntos, no tendría que esperar los fines de semana para verte y podríamos cenar juntos todos los días...sí, eso era lo que más me entusiasmaba.
Después de hablarlo, por fin llegaba la ineludible conclusión: ¡Vivir juntos! Blaine había saltado de gusto en cuanto Kurt se lo hubo propuesto. ¿Qué mejor manera de fortalecer la relación que aquella? ¡Le emocionaba la idea de compartir piso con él! Ya se imaginaba acurrucándose a su lado cada noche, despertando abrazados, preparando comidas en su honor… Ya tenía una larga lista de todas las cosas que quería hacer en cuando ambos se mudaran.

Iniciaron repasando múltiples «anuncios de ocasión» en periódicos, revistas y uno que otro cartel que saltaba a la vista durante sus caminatas. Ahora poseían varios teléfonos y direcciones, y de ahí habían logrado agendar algunas citas para aquel día. Pasarían algunas horas mirando apartamentos.

Siguiente paso: hallar el lugar perfecto.

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