BellaBeauty1556406

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Solo espero que no me confundas con mi mamá, Tinkerbell -ladeó el rostro y rió. No le tomaba de extraño que fuera así, casi todas las personas que conocía la confundían. Ella no se veía parecido alguno con su madre, pero comenzaba a hacer a la idea de que así era.- O tal vez ¿has visitado Neverland?

Eso creo, jamás me he alejado mucho del Reino Unido, mis padres dicen que no hay mucha necesidad de hacerlo. Puedo preguntar, de dónde eres?

Qué tal señorita, ni nombre es Lucius. Estas perdida? [A juzgar por su atuendo, la chica no parecía estudiante]

El genio recibió el libro en sus manos y comenzó a hojearlos con una velocidad supersónica, leyéndolo con la misma velocidad, hasta volverlo a cerrar. Se quedó mirando al vacío y de la nada, una silenciosa lágrima brotó de uno de sus ojos. Al parecer, le había conmovido la historia.

-Es...Es hermosa...Y más la descripción que me hicieron: No soy panzón en la historia. -Dijo, con un brillo en su mirada.

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|| Gracias por aceptar. Un gusto.

¡Ah, que maravilla: No sabía que la historia de Al y de la bella Jasmine estaba escrita en libros! -Exclamó el genio, desapareciendo y apareciendo junto a la chica en lo que parecía ser el interior de una enorme biblioteca, mágicamente. -¿Podrías decirme dónde está ese libro? -Le preguntó, levitando y buscando entre unos estantes de libros que estaban cerca de él.

El genio no pudo evitar soltar una sonora carcajada delante de la castaña, al oir aquello.

-¡Jaja! ¡No! Ese es el papá de Al, mi antiguo amo. -Le aclaró el genio, desapareciendo y apareciendo al lado de la joven, con la apariencia exacta de Alí Baba. -¿Te refieres a este? -Preguntó, imitando a la perfección la voz del padre de Aladdín.

Aquella confianza que emanaba de la castaña hacia él le hacía sentir sumamente cómodo, debido a que la mayor parte del tiempo las personas que lo invocaban corrían ante su aspecto tan extraño y su alta estatura fuera de lo ordinario.

-Oh, Majestad. Muy pronto serás parte de la realeza. Cree en mis palabras. -Le respondió con calma, sonriéndole de oreja a oreja y levitando delante de ella. -Soy el Genio Azul de la Lámpara. Pero llámame Genio, My Lady.