-Era cierto, el era muy sensible a las miradas, así que entendió que nadie realmente les estaba prestando atención. Al no verse con más opciones abrió su boca y se llevó aquel contenido de tenedor que le estaba siendo ofrecido. El albino mastico y tragó la comida con un claro sonrojo en sus mejillas, aunado a la clara expresión de vergüenza que tenía ya de un rato-
Rodo los ojos soltando una risita mientras negaba más para si misma, es cierto, no era un pequeño niño, estaba en esa en la que todo chico se quiere demostrar que ha dejado de ser un niño ¿cierto? Y aun así...
—Anda... nadie nos mira. Quedará entre nosotros y ninguno de nosotros lo mal entenderemos ¿cierto?—
Asintió sonriendo ampliamente ante su amabilidad y abusando un poco de la confianza, tomo el tenedor que sujetaba para dar una probada con los fideos que lograra enrollar en el cubierto.
—Mmmmm~ bastante rico. Que buena elección de platillo, tiene los condimentos adecuados.— No pudo evitar tomar más con el tenedor y esta vez ofrecerlo al menor.— Abre~ — pidió amable más que ordenarlo.
-El albino no pudo evitar avergonzarse tanto en la forma que fue llamado como en como era tratado por aquella chica, sin embargo amablemente le extendió un plato ya que era demasiado para él-
Si, esta muy bueno ¿Gusta un poco señorita? No podré comérmelo todo realmente.
— No quieres escurrir salivita ¿O si? — sus dedos se posaron sobre su coronilla para acariciar su blanco cabello. —Buenas tardes, peque-peque. ¿Esta rico lo que tienes ahí?— Señalo con la mirada el apetitoso platillo de pasta.
