Soy un ser prisionero de unas cadenas invisibles regidas por la eternidad. Tiempo es lo único que me sobra.

Hm... En efecto, los demonios que nos consumen las entrañas nunca se esfuman de nuestro ser. No se convierten en pasados anhelos.
E incluso admiro la belleza de su verdad, le halago por ello. Pero por mucho decoro que mostremos... Nuestra realidad siempre será cruel e incierta.

Una manera sútil de advertir, sin duda. No obstante... ¿Quién será el monstruo? Eso es algo que va definido por acciones, no por esencia.

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Voy a dejar este videito aquí. 2:07.~

Con vuestro permiso Lord Nosferatu. -Toma a Azafrán y se la lleva (?).- Disculpad a esta joven Dahlia.

Si según el supuesto... Yo soy el que no le llega a los talones... ¿Por qué lleva Hexen? Conmigo es eternamente libre, lamentablemente mi decorosidad parece no estar a la altura de la mente que frente a mí habla de forma burda y hóstil.

No pretendo entablar amistad con usted, tampoco me interesa vuestra pasado. No sois marionetas dignas de mi sed de sangre.~

¿Lo has hecho tuyo ? Jajaja. Hablas como si Lhea fuera un objeto que a capricho lo viste y tomaste. Te recuerdo que ella razona y siente como cualquiera de nosotros... Oh, espera, tu no sientes, eres vampiro y aparte avaro.

Lhea te queda grande, no le llegas a los talones, vampiro~

Yo no he robado, he hecho mío. Y, creo que no entiendes el punto de esta conversación...
Nada he devuelto y no será esta la primera excepción. Mi amada me pertenece, es algo que ya no es igual ante vuestros ojos. Y los invocadores no son algo a temer, la naturaleza es mucho más aterradora.

Lhea, Aramis ella es la misma a mis ojos y nada va a cambiar. Mucho cuidado de andar alardeando en que se robo el diamante Azul del Invocador, puede que tengas una sorpresa, Bast.