►Apenas escucho esa dulce voz que me llama y que cobra, un nuevo color, que la sigo, soltando su cuerpo y dejando que se adelante para guiarme, conozco y confió en sus cualidades de rastreo, y aunque no las envidio, sé que ella tiene un prometedor futuro para la tribu, como una rastreadora experta, y aunque a veces me cueste verla crecer, y el aceptar que pronto, deberá iniciar un viaje sola, no puedo evitar cautivarme al notarla tan valiente, tan entregada ¡Tan adelantada! cuando sus mejillas cobran un bello color y una sonrisa contagiosa, hecha de cerezas y otras frutillas deliciosas, se le forma en esos labios perfectos, conduciéndome, con el simple influjo de su aroma.

Cuando arribo a donde esta ella, tras unos segundos, la veo moviéndose entre un pequeño oasis verde que nos ofrece aliento; he guardado el pan que ella no se comió, me acerco a su figura, colocándome a su espalda, ya estoy listo para recibirla, para abrázala y estar, como siempre, a su lado si ella cae◄