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MuntsuuTan · 31-35, M
Sí, yo sé que no te gusta andar por aquí, es una zona desolada…si, lo es también ¡Y no me des esa mirada hermanita, tu sabes que nada malo te pasara, mientras estés conmigo!
►Replicó el pequeño, con la mirada seria y las manos tensas, luchando por contener su propio nerviosísimo, pues su hermanita, su dulce encanto que llevaba a su lado, no debía sentiste insegura en ningún momento, inconcebible le era, siquiera pensar que su hermano, podía tener miedo de explorar las zonas recónditas de su mundo, sus tierras, bien conocidas por los mayores del clan, pero poco asediadas por los más inexpertos, quienes debían esperar la edad propicia, el ritual idóneo para esta clase de aventuras.
Pero si algo motivaba al joven guerrero, era su dulce hermana, su fuerza, su corazón, su energía, cuando ella estaba a su lado, aun fuese, en el recorrido más desolado, el cobraba una fuerza increíble, se sentía alto, fuerte, valiente, e invencible al estar con ella.
►Replicó el pequeño, con la mirada seria y las manos tensas, luchando por contener su propio nerviosísimo, pues su hermanita, su dulce encanto que llevaba a su lado, no debía sentiste insegura en ningún momento, inconcebible le era, siquiera pensar que su hermano, podía tener miedo de explorar las zonas recónditas de su mundo, sus tierras, bien conocidas por los mayores del clan, pero poco asediadas por los más inexpertos, quienes debían esperar la edad propicia, el ritual idóneo para esta clase de aventuras.
Pero si algo motivaba al joven guerrero, era su dulce hermana, su fuerza, su corazón, su energía, cuando ella estaba a su lado, aun fuese, en el recorrido más desolado, el cobraba una fuerza increíble, se sentía alto, fuerte, valiente, e invencible al estar con ella.
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