Chasqueó su lengua un par de veces, cerró los ojos y formó en su perfecto rostro una expresión muy agradable mientras negaba con la cabeza constantemente.
|- Hija mía, estás equivocada. Nuestra naturaleza no es monstruosa, ni mucho menos, somos solo la dualidad de un elemento sin sentido que vive en un ciclo infinito, repetitivo, necesario para la existencia de la vida. No puede haber vida sin muerte y tampoco creación sin destrucción; eso es el fuego, eso somos nosotros, somos la pieza que equilibra una balanza, ¡Somos los guardianes de una tarea noble! -| Cuando el rey comienzó a hablar extendió su mano libre con la palma virando hacia arriba, luego un círculo magico con diseño intrincado de formas geométricas se dibujó a milímetros de su palma en vivas líneas de resplandeciente color rojo y, en cuestión de un respiro, un pilar de fuego de ocho pulgadas apareció del círculo y se extendió hasta llegar al cielo.
|- Podemos controlarlo porque somos hermanos de armas que comparten
― Totalmente de acuerdo...el fuego es un elemento hermoso y necesario para la vida...sin embargo también es como un reflejo de nosotros... temperamental, brinda calor y seguridad cuando se le trata con respeto pero solo basta con darle la espalda y se convertirá en el mismo infierno, un monstruo temible de voraz apetito que no dudará en destruir todo a su paso ― Levantó su diestra y formó una bola de fuego del tamaño de una pelota de ping-pong y la lanzó cual proyectil contra un par de casas de madera, la bola de fuego estalló al impacto y convirtió ambas viviendas en cenizas en un abrir y cerrar de ojos
|- Oh, pequeña hija. Este cálido elemento es parte de nuestra naturaleza; destructivo y a la vez necesario para la creación ¿no lo crees? -| Responde el rey mientras continua lamiendo su antebrazo, cual felino, con el fin de limpiar la sangre que corre por este. Todo conforme disfruta de la calidez del fuego.
―Tengo poder sobre este hermoso elemento al igual que la oscuridad ― Dijo la mujer que se encontraba sentada sobre una gruesa rama de árbol el cual ardía en llamas pero debido a que era un ser demoníaco, el fuego no le hacía ningún daño.
