-Sapphire permaneció en silencio viendo a ambos adultos hablar, sin entender exactamente todo lo relacionado a lo que Blythe hace hincapié. Inclinó su rostro, siempre siendo catalogada por un asesinado que siqueira recuerda que haya cometido, nisiquiera pensó que todo tendría aquel giro inesperado.- -T-tío ... -Susurró con un nudo en la garganta, viendo aquellas pequeñas marcas de sus dientes sobre la tela fina de aquella chaqueta de piel.-

— Es una paciente de ... un instituto mental, Daigo. Nunca llegó a comprobarsele nada, y pues mi primo la adoptó. Jamás la vi comportarse de ese modo. — Admitió con algo de calma frotando su brazo, mientras le veía de reojo y soltaba un pequeño suspiro frunciendo su entrecejo y acomodando sus gafas para ver a la niña luego, añadiendo con calma. — Aparentemente también sufría de abusos físicos y psicológicos dentro de dicha institución, y considerando el pasado de mi primo... No creo que haya mejor persona para cuidarle y tratar de convertirle en alguien de sociedad. — Admitió observando a la pequeña, realmente no tenía idea o no si ella era culpable, pero quizá como siempre, el rubio veía luz en todos.

-El azabache guardo su katana nuevamente de forma meticulosa, al hacerlo se acero al rubio-

...¿Es familia tuya? ...

-Miro a la niña pequeña-

...Es una asesina...

- ¿La mansión? ¿El instituto? -En seco se detuvo y vio aquella mordida que siempre realizaba cuando era golpeada o maltratada en el psiquiátrico. Sapphire permaneció quieta y con la mirada cabizbaja, suspiró intentando calmarse, viendo de reojo al azabache que había llegado.- -Si me quiere matar, creo que sería lo mejor. -Mencionó con derrota y alejándose de un buen futuro, siempre pensando en la cuestión de la violencia, la venganza y esa sed desenfrenada de sangre, pues según se menciona en el expediente, la menor había tenido altibajos desde que fue ingresada por aquel culposo homicidio múltiple, mismo que aún no se confirma si fue o no ella la culpable.-

¡OW! —Sintió la mordida en el brazo que hubiese penetrado la piel si no fuese porque llevaba su chaqueta, fue de ese modo que el rubio quien nunca se enfadó se notaba enfadado, su rostro rojizo mientras decía. — Voy a llamar a tu padre ahora mismo, y que te lleve de vuelta a la Mansión. No se trata de helados o televisión, si no que puede que te quedaras sin tutor. Si quieres volver al instituto me avisas. — Dijo con seriedad el muchacho mirando a Haru para negar como diciéndole que no era necesaria la violencia, usualmente ella reaccionaba bien a él, pero esto era una excepción.

-Haru no le quito en ningún momento la mirada a la pequeña, ignoró totalmente la presencia de Blythe. Reconocía a la pequeña, tenía un caso de ella desde hace un tiempo, pero el rastro de la joven había desaparecido, no se había escuchado absolutamente nada sobre ella en un tiempo, pero Haru ya sabía que estaba viva y suelta. Haru saco su katana de forma muy lenta, arrastrando el filo por su funda hasta tenerla fuera, se veía bastante filosa y sí que lo era-

-Ante las fuerzas del rubio tuvo de que ceder, especialmente porque comenzaba a cansarse después de aquel agarre. Después, siendo una niña bastante irascible, aproximó sus labios al brazo ajeno para propiciarle una fuerte y penetrante mordida, pero algo o mejor dicho, alguien le sostuvo con fuerza para evitar aquel desenlace. Es entonces que Sapphire entró en trance, comenzando a patalear, llorar y quejarse, sin siquiera saber si era el recién llegado o el mismo rubio quien le sostiene con fuerza.-

— Es suficiente Saphi, así no funcionan las cosas. Si vas a portarte mal no habrá más regalos o helado, y no deberías pensar en cosas así. —Dijo sin soltarle claramente, mientras suspiraba con suavidad, notando que su amigo retornaba y entonces fue así que observó a Haru negando con suavidad. — Daigo, lamento que tuvieses que ver esto... Esta es mi sobrina, Sapphi, usualmente es cariñosa, pero hoy anda portándose algo mal.— Y claramente sabía perfectamente los problemas que ella tenía en su mente, unos que ambos Leo y él deseaban arreglar.

- Sapphire intenta zafarse de aquel agarre, aunque es obvio que el rubio es más fuerte y ágil a comparación de ella. Prontamente, sintió una presencia, por no decir que una mirada, es entonces que volteó su mirada viendo la llegada de aquella inesperada visita, sin saber que decir o hacer en realidad.-

-Haru tenía su día libre, el día le parecía bastante animado y tranquilo, así que sin avisar se dirigió a casa de su amigo Blythe en su moto, al llegar estaciono cerca del auto de Blythe, se retiro el caso y lo dejo encima del asiento de la moto, la zona era segura de robos, la puerta de la entrada la vio abierta y le pareció extraño ¿Habría sucedido algo? Haru se adentro subiendo las escaleras cortas de la entrada, empujo la gran puerta del lugar para luego cerrarla al estar dentro, observo la discusión de él con la pequeña niña-