Las almas de aquellos prestigiosos estudiantes estaban siendo absorbidas por aquellas preciosas flores rosadas que brillaban con la energía humana, sin perder mas tiempo Usagi elevo su diestra hacia el cielo y su voz se alzo en lo que parecía un conjuro haciendo aparecer de esta manera un cetro de corazon.
- ¡Neo-Reina Serenity! Prestale tu poder a mi cetro, el cetro de Corazón Lunar. Espiral lunar del corazón, ¡Ataca! -
Una poderosa energía broto del interior de su arma formándose un enorme corazon resplandeciente de brillo el cual comenzó a girar cual tornado para posteriormente envestir a Tellu la bruja que estaba robando las almas de cada una de las personas en el interior del salón, mas sin embargo algo extraño ocurrió, aquella majestuosa energía se vio absorbida por la diestra de la peliverde y sin mas fue regresada hacia Usagi obligandola a recibir su propio ataque de frente.
-No comprendía realmente la situación, ni lo que estaba pasando, estaba completamente confundido pero al ver a la chica volver, este se sobresalto puesto que no podia dejar que ella regresara a una sona de peligro. - ¡Espera, Usagi!.. -Al parecer no le hizo caso, a lo que Sata corrió detras de ella pero al apenas entrar al lugar pido notar la escena, no sabia que estaba pasando a lo que ss oculto detras de la puerta y asi poder ver un poco mejor de lo que estaba pasando.
Aquellas serian sus ultimas palabras antes de regresar al interior de la mansión dispuesta a enfrentarse contra su nueva enemiga para lograr salvar a cada una de las personas inocentes que se encontraban en el interior del salón.
Lentamente la luz de su transformación se fue desvaneciendo y la pequeña figura de la princesa de la Luna fue rebelada sin embargo su rostro se mostraba distinto, su mirada se hacia mas valerosa y su infantil expresión fue remplazada por la belleza de un gesto ligeramente mas maduro y protector, Kyouya - kun, no temas... yo te protegeré a como de lugar, resonaría aquel fugaz pensamiento en sus adentros hasta que una voz ya muy conocida la hizo reaccionar, inmediatamente ladeo su rostro hasta encontrarse con el ajeno, aquel par de enormes ojos azules vislumbraron el desconcertado rostro de su nuevo amigo.
- Estas a salvo... -
Susurro con alivio mientras su sonrisa se engrandecía y sus ojitos se llenaban de brillo.
- Kyouya - kun por favor quédate aquí, debo salvarlos a todos -
-Todo estaba tranquilo afuera y eso le agradaba al chico, mientras que tomaba aire para refrescarse, pero eso le duro poco pues adentro se escuchaba mucho ruido, gritos parecia que algo grave pasaba, estaba a punto de ir dentro para buscar a la chica pero eso no fue necesario ella habia salido, estaba por llamarla cuando escucho esas palabras, arqueo Sata su entrecejo pensando que solo estaba jugando. - Oye.. -Apenas pudo pronunciar eso cuando pudo observar de la "trasformación", el chico pestañeo e hizo una cara graciosa de que no.comprendia que es lo que estaba pasado en ese momento. - ¿¡Pero que diablos!? -Musito por lo bajo, extrañado de la situación. -
Basto que Kyouya - kun se desvaneciera para que una ensordecedora explosión resonara en el interior del palacio en el cual se efectuaba aquella elegante fiesta, Usagi principalmente había asistido a aquella reunión para investigar anomalías.
- ¡Entreguen sus cuerpos a nuestro gran señor, Faraón 99! ¡Mis queridos recipientes! -
Una de las invitadas había sido la causante de dicho alboroto, las flores que adornaban los alrededores de la habitación comenzaron a absorber las almas de cada uno de los estudiantes los cuales iban cayendo lentamente, los ojitos de aquella princesa Lunar observaban con desesperación a los alrededores intentando encontrar a su nuevo amigo entre los cuerpos caídos mientras de manera sigilosa salia hasta la terraza, no se percato de la presencia del rubio puesto que su único pensamiento en aquel momento
-Suspiro con pesadez, a lo que Sata esta vez se dio la media vuelta dejandols atras esta vez iria a la terraza pues no era de andar en aquellas fiestas y sobre todo cuidando todo el tiempo de la rubia. Una vez en la terraza se aflojo la corbata y se acerco a la barda para recargarse y observar del panorama.
Sus ojitos se cerraron mientras su mejilla era estirada y aquel tacto la había echo enrojecerse con levedad por a manera en la que había sido pellizcada sin embargo se le escapo una tierna risita, de cierta forma el que la regañara solo le demostraba que cuidaba de ella y que le importaba, sin pesarselo dos veces dejo aquella bolsa de lado situándola sobre la barra nuevamente.
- Tienes razón, no debo subir mucho de peso o nadie me va a querer -
elevaba su indice mientras fingía una voz sabionda como si aquella hubiera sido su idea.
