— Quiero hablarte. A solas. — Decenas de miradas se clavaron en el pelilila, sin siquiera inmutarse por esto. Sabía que no iba a ser bien recibido en el lugar del líder de Octavinelle, pero ignoró las miradas de odio y el murmurar de los clientes y empleados del negocio. — No aceptaré tampoco a los gemelos en nuestra charla. — Agregó, sintiendo cómo aumentaba el ambiente de odio general hacia él, mirando fijamente a Azul-senpai.

- Hubo un silencio completo cuando la presencia del chico de Pommefiore se hizo visible en el Mostro Lounge. Todos, absolutamente todos los clientes le observaban sorprendidos, diferente a los camareros y compañeros de dormitorio de Azul, cuya tensión se hizo palpable en el lugar. Algunos lo miraban con desprecio, otros con arrogancia. Hubo quienes rechinaron los dientes o gruñeron intentando intimidarlo, excepto por pocos que lo ignoraron. En la zona VIP, Azul fue informado por uno de los gemelos y el, tras asentir, hizo un gesto y estos se colocaron a los lados del sofá, mientras el sonreía - Buenas tarde Felmier ¿Asi que quieres hablar, después de la prohibición de acercarte a mis dominios? Valiente de tu parte sin duda. - Las puertas del Mostro Lounge se cerraron.-

— Hola, Azul-senpai. — El pelilila llegó hasta el encuentro con Azul Ashengrotto en su negocio, ante la enorme posibilidad de que fuera criticado o atacado por todos los demás estudiantes que visitaban el establecimiento. Al llegar frente al lider de ese dormitorio, Epel hizo una reverencia de inmenso respeto a Azul-senpai, ante la vista incluso de los gemelos Leech, camaradas de la autoridad suprema de Octavinelle. — He venido a hablar con usted...—