@Lᴇᴏɴᴀ Kɪɴɢsᴄʜᴏʟᴀʀ ˢᵃᵛᵃᶰᵃᶜˡᵃʷ ᴸᵉᵃᵈᵉʳ: Muy bien. Ahora... Continuaré con mi pasatiempo. - Las puertas se cierran mientras regresa al interior del dormitorio. -

Siempre cumplo mis palabras. -Dijo sin dejar de caminar y sin mirar hacia atrás.

@Lᴇᴏɴᴀ Kɪɴɢsᴄʜᴏʟᴀʀ ˢᵃᵛᵃᶰᵃᶜˡᵃʷ ᴸᵉᵃᵈᵉʳ: Es tu culpa por violentar las puertas. - Una sonrisa misteriosa escapa de sus labios - Pero me has dado tu palabra.

Al fin saldré de esta pecera. -Dijo en tono fastidioso, llevando sus manos al interior de sus bolsillos. Comenzó a tomar la delantera, para así salir del recibidor de Octavinelle.

¡Leona! No me hagas sacar ese pepino. - Lo mira enojado, alzando su diestra a media altura - Y deja de acosar mi bello y hermoso y delicado trasero. Me tienes envidia. - Coloca la mano en la puerta, esta rechina, el sello protector se abre y ambas puertas se separan -

Bien, bien. Lo juro... -Comenzó a decir con desánimo. Luego, fijó su mirada en él sonriéndole de manera traviesa. - Y también juro no volver a ver tu pálido trasero acuático. (?)

Porque el dormitorio de Octavinelle tiene un hechizo protector dispuesto por mi. Las puertas solo se abren ante los miembros registrados. Esto permite proteger los secretos y mis negocios. - Sonríe con malicia - Jura que no volverás a violentar las puertas y te abriré.

¿Cómo dices? -El joven león se dio la vuelta, sorprendido al ver que Azul había estado detrás de él, esta vez usando ya algo de ropa. - Pues haz que estas puertas se abran ahora mismo.

- Se estaba acomodando de nuevo entre los cojines, cuando el agua comenzó a vibrar. Extrañado, miró manchas difusas en el cristal, nadó hasta la superficie y noto que el no podía salir. Deslizándose hacia afuera en su forma semi transformada, se puso de pie y se dirigió silenciosamente a Leona. Le observó un largo rato y simplemente dijo - No se abrirán si yo no lo permito.

... -Llegó a las puertas que daban a la salida del dormitorio, pero estas no se abrían. - ¿Y ahora? -Comenzó a darle patadas a la puerta. - Ya se descompuso esto...