El recién despertado ángel se encontraba sentado en lo que sirvió para aprisionarle dentro de la antigua y oscura celda, se regocijaba de su libertad sin embargo al ponerse de pie un fuerte estruendo llamó su atención haciendo que girase su mirada a la entrada donde la gruesa puerta de hierro caía al suelo. Fue una sorpresa ver a más de un “humano” entrar a su recinto sin que el les haya solicitado, pero mayor fue la sorpresa de ver a todos armados y no solo eso, apuntando directamente a su pecho, llevó su vista al líder de todos ellos comenzando a dar algunos pasos muy ligeros restando importancia a la “amenaza” que creían representar los hechiceros ante el ángel.
- Oh, ¿A quien tenemos aquí? Un comité de bienvenida, no lo solicite pero espero me hayan traído una canasta de regalos además de todos estos sacrificios
- Un estruendo se hizo presente en el lugar, llenando de humo la habitación tras haber roto la puerta de metal del recinto. De allí entre medio del sonido seco y molesto, entraron varios agentes vestidos de magos, todos iguales con armaduras mágicas negras y capas blancas, donde en sus manos yacían todo tipo de armas/device, cuyos apuntaban hacia el sujeto. Entre ellos uno resaltaba, su capitán quien era el que llevaba un gorro en su cabeza. -
No tan rápido. Según las Leyes Marciales del Tiempo Espacio, sección 14, artículo 504, no tienes permiso para despertar en este tiempo y en este lugar. Dime quien fue el que te liberó, prometo ser benevolente con tu eliminación en este tiempo.
