- Asintió con la cabeza, hurgando con una de sus manos los bolsillos de su ropa, buscando unos cuantos dulces que recientemente había hecho. Al sacarlos, se los entregó a su hermano y le dio un beso en la frente - Toma, pequeño

-Al escuchar la frase "dulces de todo tipo" la vergüenza inmediatamente desaparece y solo deja ese instinto infantil que tiene Azariel por devorar chucherías sin son ni ton. Se aferra a su hermana con un fuerte abrazo mientras se acurruca poco a poco- Te tomo la palabra...¿me das dulces, por favor?

Para mi ya lo eres. Eres el rocío que embellece a mis plantas. - Recargó su mejilla sobre la cabeza del menor, acariciando nuevamente parte de esta con su mano - Y a cambio de ti protección, yo te daré muchos dulces. Dulces de fresa, de limón, manzana, de la fruta que tu elijas.

¡Se-Seré el más poderoso de la familia y y y me encargaré de que Dhar-nee no se preocupe nunca más! -Expresa luego de ser atraído a aquel abrazo, agradeciendo que su rostro no puede ser visto pues la blanca piel de su rostro ahora resulta ser del mismo tono que el de sus ojos-

¿Quién dijo que los príncipes no son guerreros? - Se puso de cuclillas frente a su hermano, le daba ternura el hecho de que le dijera que quería protegerla, así que no dudó en extender sus brazos hacia él y atraerlo contra su pecho, abrazandolo con cariño y dulzura - Que lindo pequeño

¡N-No quiero ser un principe!... -Vocifera con un tanto de ternura en su voz quebrada mientras recibe diligentemente aquellos mimos, dejando ver por encima de su manga los ojos carmesí brillantes como un rubí que tanto presume- ¡Quiero ser un guerrero para proteger a Dhar-nee!

¿Lo ves? Eres apuesto y adorable. - Palmea la cabeza del menor, llenándole de mimos - Cuando seas mayor, parecerás un príncipe de esos que salen en los libros de cuentos. - Le obsequió una tierna y maternal sonrisa, sin dejar de acariciarle la cabeza ni un solo segundo -

¡D-Dhar-nee! -Lleno de vergüenza cubre su rostro sonrojado con las anchas mangas de su camisa; todo lo que no sea dulces o mimos hace que sienta vergüenza y por ende que se sonroje a tal punto de parecer un tomate con peluca.-

Te ves muy apuesto, Azariel. Eres el más apuesto de todos nuestros hermanos ♡