-Siempre hay mucho qué hacer y conocer, Ayato. El sumo sacerdote del templo del viento, es muy sabio y amable con todos los pupilos, incluso con aquellos guerreros que apenas hemos podido graduarnos cómo guerreros águila y jaguar. -Le sonrió amablemente y después señaló una dirección.- -Vamos ....
El aroma frutal del cabello de la mujer despertaba en Ayato una sensación de tranquilidad, aunque esta se vio mermada una vez que le apartó de sí. ─ ¿Qué te parece si vamos a conocer tus tierras? Quizás tengamos alguna buena aventura ahí.─ pronunció animado sonriendo.
- Cham Cham te agradece bastante y te prometo que siempre será así. -Se relajo por completo, pues tener al joven cerca le hacía tener una especie de sensación muy distinta a la que haya experimentado, poco a poco dejaría que aquel libere todo impulso en ella, pues aquel perfume exótico de frutas y flores podía sentirse entre su cabello y cuerpo.-
Por inercia le rodeó con sus brazos, sentía calidez gracias a la proximidad de la jovencita, una calidez que hacía ya tiempo que no sentía, le relajaba.
─ Debo admitir que eres una chica muy cariñosa, me es algo extraño, pero para nada desagradable. Creo que nos llevaremos bien ─ musitó apoyando su mejilla sobre la coronilla de la cabeza femenina.
- Realmente, no me gusta pedir nada a cambio, en éstas cuestiones, solo tú sabes si realmente quieres darme algo o ignorarme, es un libre albedrío. -Comentó permaneciendo cerca del muchacho sin alejarse de él y sus brazos. La joven recargó su frente en el pecho ajeno, sonriendo con levedad.-
- Gracias. -Corresponde el beso en aquellos labios aún impregnados de sangre, de cualquier manera, la joven está acostumbrada al sabor de la sangre a causa del arduo entrenamiento y cruentas batallas a las que enfrentó antes.- Cham cham ... Te aprecia como si te conociera desde hace mucho tiempo, ... Cham Cham te ofrece no solo su amistad, también parte de ella como si fuese una rosa en pleno reflorecer después de ser un retoño.
Permaneció en silencio unos instantes, estaba meditando en las posibilidades. La chica le parecía atractiva, eso no lo podría negar, pero él no era la clase de chico que se liaba con cualquier chica. Las palabras de la niña le causó un escalofrío pues estaba siendo muy directa, algo que le agradaba. — Bueno, ¿por qué no? Me agrada la idea — aproximó sus labios hasta besar la mejilla de la fémina y nuevamente retomar su antigua posición.
- No tiene nada de malo, además serás uno de mis mejores amigos, además de ser alguien especial para mí. -Sonrió y enfocó su mirada en él, luego acercó sus labios al muchacho.- Cham Cham no puede tener una familia y menos un amor, mi legado comenzó cuando mi vida estuvo vinculada en el arduo entrenamiento, un guerrero jaguar debe entregarse al dios de la Guerra y bendecido con el honor. Sin embargo, eso no impide que mi cuerpo sea objeto para experimentar parte de lo que llaman amor. -Retiró sus labios y sonrió nuevamente.-
Sorprendido ante la aparente timidez de la niña, quien ahora le besaba sin importarle nada la vergüenza o exposición pública (por si alguien cruzara por la calle donde se encontraban). El vampiro permaneció inmóvil, pero no pudo evitar que un color carmín coloreara sus mejillas.
─ Yo...Es precipitado, apenas nos conocemos...─ soltó nervioso una vez que la chica se había apartado un poco de él.
