≈ Sus labios volvieron a su frente dando un beso sobre esta, era más una caricia que salió desde su alma. Aquellos recuerdos siempre lo hacían tener un grado importante de nostalgia, pero con ella todo era más llevadero lleno de mas paz de lo que cualquiera pudiera pensar. ≈

Ma fille eres eso y más.

[code]Tal vez su padre no vislumbraba lo que ha ella le había costado, no el mismo dolor el convertirse, al final ella resulto una cazadora innata pero si el verlo sufrir ante la adversidad, sabía que él intentaba disimularlo frente a ella. Siempre terminaba atormentado por las circunstancias en las que se encontraba, la tato como a su tesoro mas preciado y eso había sido para ella el mejor regalo que le pudieron dar, su amor desmedido tal vez en otra situación habria creado un monstruo, pero mientras uno la llenaba de cosas materiales, el otro le daba todo el afecto del mundo y ese era Louis su Louis. ⸺ Pére .... Nos salvamos, nos pertenecemos..... te prometo que será todo así siempre. ⸺[/code]

Ma fille tú eres lo único que me mantuvo cuerdo en aquel entonces.

≈ Tal vez ella no entendía aún cuando el mundo transcurría su curso en aquellos momentos donde el se debatía sobre beber la sangre de los vivos, sobre los pecados que esto traía para si mismo y que no le agradaba para nada a su creador, aún cuando había encontrado una forma de sobrevivir. Sin ella su cordura se habría ido por un tubo, así que siempre sería su pequeña, la había arrebatado de las garras de la muerte para él, aún cuando su creador fue quien la convirtió era más de él. ≈

De verdad siempre voy a agradecer a la epidemia por ponerte ahí. Tú y yo somos lo mismo.

Eternidad, era fácil decir esa palabra, aún así era más fácil imaginarlo porque si ella era su hija para la eternidad, era tan de él como suya propia, no era como otros amores o como la madre que murió cuando ella era niña, esto era diferente, era un calor abrazador que se expandía, desde el corazón que no palpitaba hasta su último hueso en el cuerpo, era simple, como su instinto primitivo de cacería. Pero no podría tampoco descifrar el porqué todo era más reconfortante cuando él estaba con ella. Como si el mundo fuera y estuviera en la palma de su mano, y siempre sería así, su corazón siempre se llenaría de su padre. — Oui pour l'éternité — Negó con la cabeza con la afirmación de su padre, ella no daba gracias por el amor que él le daba ella daba las gracias por simplemente existir.— Estoy agradecida más que por tu amor, por la salvación que eres para mi pére… —

Ma vie Claudia, tu seras ma fille pour l'éternité

≈ Tenía una sonrisa que se formó cuando ella le rodeó, su cuerpo se acopló al de su hija que naturalmente era más pequeño que el suyo. Dejo un beso paternal sobre su coronilla para volver a colocar ahí su mejilla. Era dulce su olor aunque siempre había sido así, si tuviera que decantarse por algún olor en específico sería a rosas silvestres. Acaricio suavemente su espalda lento tratando de relajarla, aún era su pequeña y eso mismo le agradaba. Era como Maharet dijo alguna vez, ellos no cambiaban se mantenían igual eso le alegraba de cierta manera. ≈

Nunca mi niña des las gracias por el amor que te doy.

Su padre era tan cálido, radiante, con cierto brillo, entendía desde siempre el motivo porque su padre Lestat amaba al pelinegro, respiro su aroma de nuevo, hogar simplemente era su hogar. — Pére…. Gracias.— Aquellas palabras salieron de su boca como cantadas, sueltas como un río, era una niña en ese momento, una niña en el bayou, después de una pandemia suplicando que la salvaran, aún tenía ese olor en su nariz, el olor de Louis, de su ángel de la muerte pero, el de su salvador.— Je t'aime pour la vie— Se había relajando un poco y sus manos rodearon la cintura del mayor, en un momento donde no pensó en más que en su padre.

Claudia.. ma petite

≈ Sus dedos larguiruchos se entretejieron en el cabello de su hija, había crecido como una flor en medio de un abismo, hermosa y llena de una vida misteriosa que nadie más poseía. Lo atrapaba cada vez que la veía, por supuesto, no solo era la belleza exterior. Sabía bien lo que su hija sentía por esa razón cuando ocultó su mirada recargó su mejilla sobre su cabeza abrazándola fuertemente. ≈

Mon amour tú tienes una belleza es única y especial, por favor no te menosprecies.

Si no supiera que los hijos del don oscuro solo lloran muy pocas veces en su vida eterna, ella en ese momento habría llorado como una infante. Siempre deseo poder compartir con su padre esas palabras, que la viera de la forma en la que es. Recargó su cabeza sobre el pecho, quería evitar que viera su expresión seguramente acuosa.— No pére… realmente se parece a ti.—

Je suis fier de ma petite fille, mais aussi de la fleur que tu es devenue mon amour.

≈ No había mucho que contradecir a lo que había dicho, era fiel a su promesa cuando la vio por primera vez, la hija a amar como a su vida y había mantenido esa promesa, que si la había mantenido. Aún si el mundo se hubiera detenido su amor paternal por la menor no era más ni menos del que tenía ahora por ella. ≈

¿Gabrielle? Como su madre, ma chérie seguramente será hermosa como tú.

—C'est ce que j'ai appris de toi, père.— Sus memorias le hacían viajar a un pasado distante donde ellos eran felices en una casa en Nueva Orleans, donde después de bañarla él la cuidaba más que como una muñeca como una hija, su cabello cedió ante las caricias del mayor abriéndole paso para que el pudiera pasar sus dedos.— No te sorprendas pére… no quería estar sola, los traeré ante ti y los conocerás, Gabrielle la mayor tiene tus ojos.—